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La oscura historia del asesino que comía partes de sus parejas

jueves, 25 marzo 2021 - 12:43
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Jeffrey Dahmer fue mejor conocido como “el carnicero de Milwaukee”, uno de los asesinos seriales más terribles de la historia de Estados Unidos. El hombre confesó haber abusado sexualmente, matado y descuartizado a 17 hombres, además de llevar a cabo prácticas caníbales y necrófilas con los cuerpos.

El terror que infundió en la sociedad americana de los años 80 lo ha llevado a ser comparado con otros criminales “famosos” como Ted Bundy, John Wayne Gacy (el payaso asesino), Charles Manson, entre otros.

Dahmer fue condenado 936 años de prisión, pero unos años después de su arresto, en 1991, fue asesinado en la cárcel, por otro preso. Pese trágico destino, la historia del carnicero de Milwaukee empezó de una manera convencional

INFANCIA SIN VIOLENCIA
Jeffrey Lionel Dahmer nació el 21 de mayo de 1960 en Milwaukee, Winsonsin, Estados Unidos, de una familia de clase media. De pequeño se caracterizaba por su vitalidad y extroversión, pero después de tres cambios de domicilio se volvió retraído y extremadamente tímido.

Sus padres le animaban a relacionarse con otros niños, temiendo que de mayor sufra algún complejo de inferioridad, y hasta le regalaron un perro, porque amaba los animales; pero esto surgió poco efecto.

Cuando tenía 10 años el matrimonio de sus padres empezó a deteriorarse y discutían mucho. Dahmer empezó a escapar de casa cuando esto sucedía y se perdía en el bosque, con el fin de encontrar animales. Su pasión por estas criaturas había dado paso a una gran curiosidad para saber cómo eran por dentro, por lo que empezó a recoger animales muertos que encontraba atropellados en la carretera; los metía en una bolsa y se los llevaba al patio trasero de su granja, donde los diseccionaba y deshuesaba.

De acuerdo con el portal JotDown, algo que intriga a los psiquiatras hoy en día es que repasando la infancia de Dahmer no han hallado ningún gatillador de los comportamientos oscuros que le llevarían a ganarse el sobrenombre de “carnicero”. Además, el hombre en cuestión declaró varias veces que durante su infancia no hubo sucesos especialmente llamativos o fuera de lo común que justificaran sus acciones futuras; ni sufrió maltratos físicos ni abusos sexuales.

EXTRAÑAS FANTASÍAS
Para su adolescencia Dahmer vivía en el estado de Ohio, donde la homosexualidad era el máximo tabú. La ciencia cree que aquí empezaron los problemas, ya que Jeffrey descubrió que se sentía atraído hacia los hombres.

“Dahmer se sintió desamparado, ya que no conocía a nadie gay, pero también porque, en sus fantasías, sus amantes estaban inmóviles, inconscientes… muertos” se relata en JotDown.

El hombre había desarrollado una asociación entre violencia y sexo, que marcaron su conducta; y el hecho de que pensar en acostarse con hombres y luego asesinarlos fuera lo único que le causara excitación, le aterrorizaba. Dahmer se refugió en la bebida para intentar olvidar, y fueron sus borracheras lo que le costó su expulsión de la universidad y del ejército.

En algún punto, el alcohol ya no fue suficiente, sino que necesitaba llevar a cabo sus fantasías sexuales.

ASESINATOS
La gran fantasía de Dahmer era tener ejercer "control total" sobre un amante y tenerlo a su lado tanto tiempo como fuera posible. Sin embargo, no podía conseguirlo de manera consensuada, por lo que armó un plan que consistía en capturar a un hombre, llevarlo a casa, drogarlo hasta que perdiera el conocimiento, matarlo, tener relaciones sexuales con el cadáver y después comer partes de su cuerpo o guardarlas como trofeo.

En ocasiones también solía hacerse fotografías durante el proceso. La policía encontró 83 polaroids en su apartamento, y tres en donde se evidenciaba el proceso de descuartizado.

Su primer crimen lo cometió en 1978. Dahmer volvía a casa en su auto tras tomar unas cervezas en un bar y recogió en la autopista a un joven llamado Steve Hicks. Jeffrey lo invitó a su casa para que beban cerveza y fumen marihuana juntos, ya que tenía todo el lugar para él (sus padres se separaron a sus 18 años y lo dejaron solo).

El par disfrutó, pero cuando Hicks dijo que se tenía que ir, Dahmer sufrió un arrebato y le golpeó la cabeza con una mancuerna, para luego estrangularlo con ella. Almacenó el cadáver en el sótano y a la mañana siguiente abrió el vientre y se masturbó con las vísceras. Después hizo pedazos el cuerpo, lo metió en una bolsa de basura y condujo hasta un basurero cercano.

Cuando estaba llegando fue interceptado por una patrulla de policía que, para alivio de Dahmer, no inspeccionó el contenido de la bolsa. Cuando volvió a casa, metió las bolsas en una gran tubería de desagüe y abandonó la casa. Machacó los huesos que habían quedado, esparció los restos por la maleza que rodeaba la casa y los accesorios que llevaba la víctima fueron arrojados al río.

Durante un tiempo Jeffrey se fue a vivir con su abuela en Milwaukee y se convirtió en un hombre de fe, y también dejó la bebida. Aparentemente aquello puso fin a sus impulsos sexuales hasta que una tarde, estando en la biblioteca, se le acercó un joven que le dejó una nota en la que le ofrecía favores sexuales en el lavabo.

Después de ese momento su apetito voraz por someter a otros hombres volvió, con tal fuerza que tuvo que robar el maniquí de una tienda para masturbarse con él.

En 1986 cometió su segundo asesinato. Esa noche en un bar gay conoció a Steven Toumi y se dirigió con él a un motel para mantener relaciones sexuales. Sin embargo, ya ahí, Dahmer le echó cuatro somníferos en la bebida para dejarlo inconsciente. A la mañana siguiente Jeffrey despertó y vio el cadáver de Toumi con la cabeza fuera de la cama, los brazos llenos de contusiones y varias costillas rotas.

Compró una gran maleta con ruedas y metió el cuerpo en ahí. Tras aquello regresó a casa de su abuela, y en el sótano descuartizó el cuerpo. El proceso fue casi idéntico al que realizó con su primera víctima, aunque esta vez, deshuesó el cadáver y conservó el cráneo como trofeo “para que formaran parte de él”.

MÁS CRÍMENES
Jeffrey volvió a frecuentar clubs para buscar víctimas. Cometió otros dos crímenes en 1988, uno en 1989, cuatro en 1990 y ocho en 1991, hasta que fue detenido en julio de ese año.

Dahmer, además de coleccionar las partes de sus víctimas, también se las comía. En su confesión comentó sobre la textura de estas, por ejemplo, un muslo que le resultó excesivamente duro, o cómo tuvo que comprar un ablandador de carne para hacer masticable la carne de unos bíceps. También habría experimentad con trepanaciones, vertiendo en el cerebro de sus víctimas ácido o agua hirviendo, y convertirlas en cuerpos sin voluntad, buscando materializar su fantasía del control total.

Cuando llevaba a cabo los asesinatos perdía contacto con la realidad y junto a eso, quería construir en su apartamento un centro de poder, con dos esqueletos completos y varias calaveras, según JotDown y estaba a seis meses de lograrlo, cuando fue arrestado.

 

Dahmer en juicio. Foto: Jotdown.com

DESCUBRIMIENTO
En julio de 1991, un joven llamado Tracy Edwards logró salir drogado y desnudo del departamento de Dahmer. Paró a una patrulla que pasaba por ahí y llevó a la policía al lugar de los hechos.

Según los registros, los agentes encontraron una cabeza en el refrigerador, órganos en el congelador, calaveras y huesos en los armarios, sangre esparcida en las paredes, un bidón de doscientos quince litros con ácido y tres torsos humanos en descomposición.

Jeffrey Dahmer se declaró como culpable a sí mismo, pero también alegó locura. En Wisconsin no aplica la pena de muerte, por lo que normalmente sus crímenes le ganarían una sentencia perpetua en prisión. Por potro otro lado, si se comprobaba alguna enfermedad mental, pasaría su condena en una institución especial.

PROCESO JUDICIAL Y MUERTE
La defensa sostenía que Dahmer padecía necrofilia, lo que le impedía ser responsable de sus actos y debería ser recluido en un psiquiátrico. La fiscalía argumentó que había mantenido relaciones sexuales con las víctimas cuando estas se encontraban vivas, aunque inconsciente; y que era capaz de mantener control sobre sus impulsos, ya que Jeffrey que cometía los crímenes únicamente cuando y donde se sentía seguro.

Finalmente, Dahmer fue hallado culpable de 15 asesinatos y condenado a 15 cadenas perpetuas, un total de 936 años de cárcel. Fue enviado a la prisión de Columbia, en Wisconsin y estando ahí dijo que el diablo lo había poseído. En 1994 fue interceptado por otro preso en el gimnasio de la cárcel, quien lo asesinó golpeándolo con una barra de pesas.

Netflix anunció que el guionista y productor Ryan Murphy desarrollará la historia de Jeffrey Dahmer para el gigante de streaming en una serie llama Monster. Esta contará con la participación del actor Evan Peters en el papel de Dahmer.
 

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