En el documento, Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, alerta sobre el efecto contraproducente de abordar los derechos humanos cerrando filas en forma defensiva.
“Las violaciones de derechos humanos fueron determinantes para propiciar o agudizar muchas de las crisis de hoy”, indica Roth en el informe. “Proteger los derechos humanos y asegurar la rendición de cuentas democrática son condiciones clave para superar estos contextos de crisis”.
Ahí se denuncian algunos casos a escala global. Por ejemplo, se menciona que el Gobierno ruso fortaleció el año pasado su ofensiva contra las libertades y los derechos humanos de sus ciudadanos. "Las nuevas limitaciones a la libertad de expresión afectaron de la manera más negativa a los críticos independientes de las autoridades", se asegura en la página 656, en la sección que analiza la situación de Rusia.
Según la activista Tatiana Lokshiná, las autoridades rusas adoptaron "leyes draconianas para regular las ONG, los medios informativos, internet, lo que se ha acompañado de campañas públicas para desprestigiar a los críticos", en su afán de controlar la información sobre los acontecimientos en Ucrania.
Lokshiná vinculó directamente el empeoramiento de la situación de los derechos humanos en el país al retorno al Kremlin del presidente Vladímir Putin en 2012.
En otro apartado, el informe responsabiliza a Kiev y a los separatistas prorrusos de la muerte de civiles en el este de Ucrania.
Otra de las preocupaciones es la aparición del grupo extremista Estado Islámico ( ISIS), como uno de los desafíos globales que han provocado la subordinación de los derechos humanos. Sin embargo, no es cierto que ISIS haya surgido de la nada, indica, indicó Human Rights Watch. Además del problema de seguridad que dejó la invasión estadounidense en Irak, las políticas sectarias y abusivas de los gobiernos de Irak y Siria y la indiferencia internacional al respecto han sido factores determinantes en la propagación de ISIS.
La organización se ha manifestado además sobre algunos temas de impacto global. Por ejemplo, llamentó el "retroceso" de los derechos humanos durante 2014 en el Sudeste Asiático, tendencia que ligó a la conexión entre la política, el poder y la corrupción. "Desafortunadamente, ha sido un año muy malo para los derechos humanos en el Sudeste Asiático", indicó Phil Robertson, subdirector en Asia de HRW.
"Hay un retroceso en derechos, con más control del Gobierno contra la libertad de expresión, manifestación y asamblea así como cortapisas en Internet", aseveró el activista.