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En busca de la eficiencia

martes, 2 agosto 2016 - 05:45
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Fotos: Segundo Espín

Corporación GPF, dueña de la marca Fybeca, impulsa una inversión de 50 millones de dólares para un centro logístico que les permita duplicar la rentabilidad de su operación.

Hace cinco años, los directivos de Corporación GPF planeaban la implementación de un proyecto de automatización de su sistema logístico que, al final, le permita incrementar el nivel de rentabilidad de su negocio. En 2015, éste fue de 1,4 por ciento. “Ese crecimiento solo lo lograremos mejorando la productividad”, reconoce Luis Enrique Coloma, presidente ejecutivo del holding.

Bajo esa premisa delinearon “Un Mundo Vanguardista”, como internamente denominaron, entre otras cosas, a la construcción y puesta en marcha de su nuevo Centro Logístico Avanzado (CLA) que costará 50 millones de dólares. ¿El objetivo final? Aumentar la eficiencia en la selección y distribución de los productos que envían a más de 600 puntos de ventas en el país. “Con la antigua infraestructura, los empleados caminaban hasta cinco kilómetros diarios para recoger y despachar productos”, explica Pedro Kleic, subgerente de Proyectos en Logística y Distribución de la Corporación.

La idea, asegura Kleic, es reducir eso y más cosas planeando la demanda que tendrán los locales de los artículos que ellos tienen almacenados, es decir, anticiparse a lo que necesitarán los clientes. “Se trata de una integración de todos los procesos: pronóstico de la demanda, gestión de compras, selección, transporte, punto de venta, recepción, abastecimiento, perchado, facturación…”.


Logística avanzada. Pedro Kleic, uno de los encargados
del proyecto CLA, asegura que con éste será más
eficiencia la jornada laboral de los operarios. "La
productividad aumenta con la automatización".

 

Para eso justamente debían construir un centro de logística con mayor capacidad porque manejarse con una estructura antigua dificultaba los procesos. “No podemos aumentar nuestra productividad con más empleados porque se terminarían estorbando”, cuenta Kleic.

La respuesta a ese problema eran tres cosas: automatización, tecnología y operatividad. Y allí, dice el Subgerente de Proyectos en Logística y Distribución de Corporación GPF, entró la experiencia de firmas como Schafer, encargado de sistemas de almacenaje automatizados; Oracle, proveedor de software que sostiene la operación diaria en el almacén; y Grupo Cofares, que es una cooperativa española experta en la implementación de centros de distribución  en el negocio farmacéutico.

Su construcción inició a finales de 2014, pero recién empezará a operar oficialmente. Es una estructura de dos pisos sobre una superficie de 12.700 metros cuadrados (la anterior era de 10 mil) con áreas de almacenamiento y ‘picking’ (retiro de mercadería). “Este año tendremos el proyecto en un 85 por ciento; la meta es completarlo para 2017 y así conseguir el objetivo de duplicar el nivel de rentabilidad de la empresa en 2018”, asegura Ana María Molina, gerenta Corporativa de Asuntos Públicos de la firma.

INFRAESTRUCTURA MODERNA

Al ingresar al Centro Logístico Avanzado (CLA) se percibe, inmediatamente, la automatización: ocho carruseles horizontales con 11 mil gavetas plomas se mueven sin parar. Esa es la zona de almacenamiento para productos de baja rotación, donde se guardan hasta 30 mil SKU’s (unidades facturables). “Se genera un pedido de forma digital, las gavetas se trasladan automáticamente hasta las bandas y el operario asigna los productos ayudado de un sensor”, explica Pedro Kleic.

También hay estaciones para productos de alta rotación, algunas automáticas y otras semiautomáticas. Por ejemplo, en ésta última, los operarios tienen un sistema llamado Gladiador, que es una radiofrecuencia que va en el antebrazo (como un brazalete) y que está conectado a un anillo lector. El operador recibe el producto, lo escanea con su anillo y lo pone en la banda de traslado para ser clasificado. “El margen de eficacia de este sistema es del 99,8 por ciento”, comenta.


Luis Enrique Coloma, presidente de GPF,
indica que este proyecto es el camino para
que el negocio sea competitivo a futuro.
“Debemos aumentar la rentabilidad”.

Mientras tanto, en el piso alto hay ocho estaciones semiautomáticas para productos no frágiles, de media y alta rotación, y de preferencia no cilíndricas. El trabajador recoge el producto de la percha, lo pone en una ranura correcta y cuando una gaveta se acerca en la parte inferior, éste cae a la banda para, más adelante, depositarse en el estante correcto. Asimismo hay una zona automática y de alta rotación con 28 módulos que tienen 36 canales cada uno, con más de 5.000 ubicaciones para distintos artículos. Allí, por lo general, están las medicinas más requeridas.

Algunas de estas estaciones son alimentadas por equipos trilaterales que permiten retirar la mercadería de las perchas de forma ágil y segura. “Sacamos los productos en un ángulo de 180 grados; la máquina puede llegar hasta los 12 metros de altura”, señala Kleic. GPF invirtió más de 300 mil dólares en la compra de esos dos equipos.

Esa inversión ya se incluye en los 50 millones de dólares del proyecto total, que por ahora ha recibido 23 millones; lo restante se colocará en aspectos tecnológicos, durante cinco años. Ese esfuerzo será financiado, en parte, con un crédito de 30 millones suscrito con la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), que es parte del Grupo del Banco Mundial.

Luis Enrique Coloma, principal ejecutivo de la empresa, explica que ésta es la forma de innovar en un sector donde el corazón del negocio, desde el lado operativo, es el manejo del inventario. “Hasta el próximo año la meta son de siembra y estabilización; en 2018 prevemos cosechar lo realizado hasta ahora”, puntualiza.

Ya con el proyecto en marcha, Coloma recuerda que no fue sencillo llegar a esta etapa porque atravesaron un momento complejo con la caída del petróleo y los cambios normativos en el país; ésta modernización se planteó un poco antes de que todo eso suceda. “Los márgenes de comercialización se afectaron con la desaceleración del consumo”, cuenta el Presidente de GPF.

Sin embargo, entiende que cuando las inversiones se estabilicen, éstas los ayudarán con la productividad, con la capacidad de reacción de la compañía y en mejorar la experiencia de compra del cliente. “Sembramos de forma contracíclica porque lo hacemos en una época de crisis”.ññ A pesar del contexto económico del país, Coloma no solo evalúa la rentabilidad de ese proyecto, sino que con su equipo de trabajo también revisa nuevas opciones de dinamizar la oferta de GPF. “Analizamos qué otros productos de consumo, más allá de medicamentos, podemos ofrecer en nuestros locales”, señala.

Aunque el ejecutivo es claro: “con eso no pretendemos ser un supermercado, sino que buscamos ser complementarios”.

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