Minuto 80. Ecuador le ganaba 3-0 a Chile en la novena fecha de las Eliminatorias. Los espectadores vieron cómo el delantero Enner Valencia se derrumbó en el campo, aparentemente lesionado. Al poco tiempo lo sacaron en un coche camilla, con un respirador de oxígeno. Un piquete de policías lo seguía, con una orden de arresto por pensión de alimentos. Adeudaba 17 mil dólares, y los uniformados esperaban que culminara el partido para apresarlo.
Las imágenes del escape dieron la vuelta al mundo. Así revivió un debate sobre responsabilidad parental. El caso de Enner Valencia no es el único. Vistazo revisó los juicios de alimentos de los jugadores de los cuatro principales equipos de la Serie A (Barcelona, Liga de Quito, Emelec y El Nacional) y, de 108 titulares, detectó a 17 que acumulan 31 procesos judiciales por este concepto, desde el año 2008.
De ellos, solo dos deportistas están con sus pagos al día, según los registros del Sistema Único de Pensiones Alimenticias del Consejo de la Judicatura (SUPA). Ellos son Juan Luis Anangonó, de Liga de Quito; y Fernando Darío Pinillo, de Emelec.
En redes sociales unos acusaron a Enner Valencia de irresponsable, mientras otros cuestionaron que la pensión es muy alta y no corresponde con los gastos de una niña.
Según los registros del SUPA, Valencia debe cancelar 4.983 dólares mensuales a la madre de su hija. Esta es la cifra más alta que un futbolista ecuatoriano paga por este concepto. Sin embargo, hay jugadores que, con pensiones inferiores a 100 y 500 dólares, registran retrasos en sus pagos. Vistazo intentó obtener sus versiones pero los futbolistas prefirieron no dar declaraciones públicas por considerarlo un tema privado.
“Han intentado desviar el tema para decir que las mujeres nos dedicamos a tener hijos para que nos mantengan y no es así. El 70 por ciento de casos de pensiones no pasa de 300 dólares, muchas veces por dos o más niños. El de Enner Valencia es un caso excepcional”, dice Pilar Rassa, vocera de la organización Mujer Sur Kuna, dedicada a protección de derechos humanos, especialmente de las mujeres.
Rassa no ve desproporción en la pensión de casi cinco mil dólares que debe pagar un “futbolista que gana más de 180 mil dólares mensuales”. Dice que si esta persona tiene una vida ostentosa con otra familia, también la hija que se queda solo con su madre tiene esos derechos.
Para esta abogada, la tabla que fija las pensiones de acuerdo al salario del demandado, es justa porque permite cubrir las necesidades. “¡Cómo se puede mantener a un hijo con una pensión de 100 dólares!”.
Encuentre el reportaje completo en la última edición de Revista Vistazo.