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¡Un tuit les cambió la vida! La inspiradora historia de padre e hija no videntes que cantaban en las calles de Guayaquil

martes, 6 abril 2021 - 04:42
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En la esquina de la avenida 9 de octubre y Escobedo me detuve hace 10 días a escuchar las primeras notas de “Imagine” de John Lennon. No es muy común que una balada se imponga en el bullicio ciudadano. Al acercarme vi a un señor flaco asomado a un parlante y una chiquitina con trenzas sentada con un micrófono en mano. El señor cantaba y ella hacía el coro.

Empecé a filmar. Veía cómo la gente pasaba y se conmovía al ver dos no videntes cantar con tanto sentimiento. Algunos daban moneditas, otros se quedaban un ratito antes de seguir con su rutina. Al finalizar el himno de John Lennon, me acerqué para conocerlos y felicitarlos. Me contaron que se llaman Ezequiel y Sara, son padre e hija y llegaron a Ecuador hace dos años desde su Perú natal. De Quito se habían trasladado hace poco a Guayaquil porque la capital estaba confinada por el Covid.

Me llamó la atención su alegría y su desenvolvimiento. La chiquita preguntó por mi acento y cuando le dije que era francés, se rió ante tanta obviedad. “Estamos trabajando todos los días para conseguir un dinero para nuestra propia producción musical porque tenemos temas propios para grabar”, me comentó la adolescente de 14 años. “Empecé a cantar a los 5 años y me gustan todos los estilos musicales, desde la cumbia, ranchera, el pop y la balada”, finalizó.

El papá me comentó que quisieran terminar sus estudios en algún momento, “yo seré abogado y Sara debe terminar el colegio” acotó. “Mientras tanto nos dedicamos a cantar. Siempre nos acompaña María Lizbeth, la hermana gemela de Sara. Ella es vidente y nos guía en nuestras rutinas diarias”.

Después de hablar algunos minutos con ellos, me despedí y subí el pequeño video de “Imagine” en twitter, mientras Sara entonaba solita una canción de Shakira. El video conmovió a muchos ecuatorianos que quisieron ayudar de alguna manera.

El pequeño milagro llegó al día siguiente cuando recibí un mensaje del concejal de Guayaquil, Jorge Rodríguez: “Sébastien, mi esposa Ximena Gilbert, directora de inclusión social del municipio de Guayaquil se reunió con Ezequiel y Sara. Les dio bastones, mascarillas, ropa, kits alimenticios y serán trasladados al centro municipal “Valientes” para seguir un programa artístico para personas con discapacidad. Empezarán con el piano, al guitarra y el canto”.

Un ejemplo más del círculo virtuoso que pueden generar las redes sociales. Ximena me comentó que Sara también había pedido aprender técnicas de danza para mejorar su movilidad mientras canta. En el centro “Valientes”, Ian Moncayo -Director del programa de Desarrollo Artístico para Personas con Discapacidades del Municipio de Guayaquil- los verá dos veces a la semana para perfeccionar el “talento innato que tienen para la guitarra, el piano y el canto.

“Vamos a enseñarle más técnica para que todo fluya naturalmente, pero tienen aptitudes y sensibilidad impresionantes”, comentó Moncayo.

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Pero la historia no termina allí y viene con una promesa que llena el corazón. “Después de terminar sus talleres, Ezequiel y Sara grabarán su primer sencillo original”, anunció Ximena Gilbert. Un anuncio que Ezequiel recibió con mucha emoción: “Nunca hay que dejar de soñar, nunca hay que dejar de vivir”, sentenció con la cara iluminada por una sonrisa.

Finalmente, su destino estaba escrito en la canción que me permitió descubrirlos: “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros. Y el mundo vivirá como uno”.

 

 

 

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