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Por la democracia

lunes, 20 diciembre 2021 - 09:31
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    La pandemia del COVID-19 desnudó las realidades económicas, sociales y morales de los países. El golpe fue más fuerte en América Latina, región que ya tenía una década de decrecimiento porque se había acabado el boom de las materias primas, que trajo el espejismo de un despegue. Las cifras económicas de 2021 hablan de un crecimiento del 4,4 por ciento que no compensa la caída de 6,7 por ciento en 2020. Una de las primeras víctimas en las pandemias es la democracia. Un gobierno democrático exige discusión y acuerdos, que en épocas de necesidad apremiante pueden parecer un lujo. Por ello, hay a nivel mundial un embate contra las democracias y una preferencia por regímenes autocráticos, como se constató en la reciente conferencia convocada por el presidente norteamericano Joe Biden, para buscar su defensa.

    La preferencia por elegir gobernantes que prometen soluciones rápidas y que después devienen en dictaduras en América Latina no es nueva. Sin embargo, preocupa la fragilidad del apoyo al sistema. Según la encuesta del Barómetro de las Américas 2021 en la región el apoyo popular cayó de 68 a 61 por ciento y lo más grave que la población cansada de la corrupción y los abusos de los políticos, apoya en un alto porcentaje el regreso de gobiernos militares: en Perú este apoyo llega al 52 por ciento y en Ecuador al 44 por ciento. La población también está desencantada por el crimen y la inseguridad, que revelan un Estado ineficiente para resolver la primera de las causas por las que se forman los estados, la seguridad de sus habitantes.

    ¿Cómo recuperar la fe en el sistema, que ha garantizado progreso y respeto a los derechos humanos? La respuesta está en lograr gobiernos eficientes, honestos y que puedan cumplir con sus obligaciones básicas. Una de las grandes ventajas de la democracia es que, si los políticos cometen errores, hay posibilidad de cambiarlos. En cambio, en las dictaduras los errores se perennizan y quienes sufren son los pueblos. Sobran los ejemplos. La clave es elegir a las personas correctas.

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