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¿Quién destruyó a Nebot?

viernes, 17 febrero 2023 - 12:04
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    Podríamos decir que fue Cynthia Viteri. La heredera del socialcristianismo malgastó la fortuna que con fuerza y visión amasó León FebresCordero; se le subieron los humos y desfiguró su imagen, creyendo que vistiéndose como una jovencita rebelde era suficiente para mantener una Alcaldía a la que le mermó prestigio y respetabilidad.

    Su discurso se saturó de un asistencialismo ofensivo y lleno de cuentas alegres. Pensó que con echarle la culpa a Lenín Moreno por su pésima gestión en la pandemia y a Guillermo Lasso por los muertos y la inseguridad, iba a seguir en su eterna luna de miel. Viteri destruyó a Nebot porque convirtió al PSC en el PRE que tanto repudiaron.

    Lasso también acabó con Nebot, pues en su afán por convertirse en el líder de la derecha desde 2013, no pensó políticamente en otra cosa que eliminar al PSC, sin darse cuenta el Presidente que ese enfrentamiento lo arrastró al abismo, del que solo podría escapar si usa con inteligencia el pedacito de cuerda que le queda.

    El Gobierno no se percata aún de que sin la Alcaldía de Guayaquil y la Prefectura del Guayas como espacios de interlocución institucional, los socialcristianos ya no tienen incentivos para cuidar las formas. Así que en pocos meses, desde la Asamblea, Nebot puede darle el último zarpazo para sacarlo del poder e intentar barajar el naipe.

    Un naipe con el que Correa también le ganó la partida en su feudo imbatible. Por años, el sagaz líder socialcristiano supo convivir con la Revolución Ciudadana. Así, facilito, sin quemarse ninguno de los dos, suponiendo siempre que se respetarían espacios y liderazgos. Nebot nunca entendió que el pretendido acuerdo de 2021 con CREO y el correísmo, por más pragmático que parecía, era una idea jalada de los pelos. Lasso se apartó por la presión de los círculos rojos y la Revolución Ciudadana volvió a lo suyo: a jugar a la desestabilización permanente, poniendo al PSC en la incomodísima tarea de ayudar a prender las mechas del caos para luego fingir demencia ante cualquier explosión. Lo trágico para el PSC es que hoy, más que nunca, necesitará del correísmo para subsistir.

    Nebot se destruyó a sí mismo. Lo hizo cuando a medida en que pasaban los años y la tecnología y su asesor de cabecera le hablaban del fin de la izquierda y la derecha, trató de edulcorarse sin entender que quien todo lo relativiza termina preso del más rampante populismo. O es que nos olvidamos de cómo acogió en la Prefectura del Guayas a un candidato correísta, como Carlos Luis Morales, porque simplemente tenía votos.

    Es absurdo pensar que el Partido Social Cristiano de Nebot debía durar lo que el PRI en México o el peronismo en Argentina. Pero sí sorprende que el liderazgo de los nuevos tiempos al que Nebot tenía que apelar, es decir una derecha moderna y profundamente democrática, encalló en una tienda que se dice de izquierda y cuyo principal demonio es el incontrolable autoritarismo con el que opera.

    En la buena votación de Pedro Pablo Duart, con la que Cynthia Viteri perdió la Alcaldía de Guayaquil, está la explicación de los propios errores que cometió el hasta ahora único sobreviviente de la generación de 1979 y del retorno a la democracia.

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