A Correa le gusta jugar a presión y así lo ha hecho durante una década. Tendrá que hacerlo hasta que deje Carondelet porque en el oportunismo criollo hasta los cobardes se envalentonan, así como algunos beneficiarios de las mamandurrias del poder ya no contestan las llamadas y buscan reubicarse. Hasta el último ejercerá como rey del barrio en este gran cabaret de la política. Porque no es que el poder desgasta como se repite a coro, sino al revés, lo que más desgasta a un político es no estar en el poder, según se lo dijo el divo Giulio Andreotti a Felipe González. Si tienen alguna duda se lo preguntan a Lula o a Cristina.
Esa es la táctica que ha copado el poder, un fútbol total como el de Cruiff, el tiki taka de Guardiola o el pressing asfixiante de Arrigo Sacchi. Y así continúa no solo para tomarse un período presidencial sabático, que no es lo mismo que salir despavorido por fuera Correa fuera. Pero esa maquinaria patina cuando de mantener con más impuestos el mismo modelo económico clientelar del estado candidato, frente a una oposición extasiada por el cálculo del desgaste, resulta que aparecen los videos del picnic con lecciones de artes marciales.
Una embarrada total surgida del nerviosismo que hace un año causó ciudadanía y oposición en las calles como si se viviera en democracia. Lo grave es que ese adiestramiento para enfrentar opositores en las calles es un delito tipificado por el COIP, además actualmente ya no hay opositores en las calles a quienes enfrentar, ni tampoco la muchachada del picnic es comparable a las camisas negras de Mussolini, ni a las camisas pardas de Hitler, ni a las milicias populares del chavismo. En cuyo caso esto terminará como otro episodio judicial del delito sin delincuente, esto es que el delito se comprueba pero por ningún lado se identifica a sus autores.
Y las tensiones no desmayan porque el gran molino continúa girando y moliendo realidades con fuegos de artificio que distraen de los temas de fondo. Una recesión económica que automáticamente se empezará a aliviar el mismo día que el gran timonel aterrice en Bruselas, mientras el que llegue acuda al FMI porque para este tipo de problemas lo crearon, como a la Cruz Roja para guerras y terremotos, y a la FIFA para la copa del mundo. Entre tanto llega la campaña donde el estado candidato irrumpirá con una consulta popular que plantea nueva causa de destitución para el presidente, que por coincidencia le calza como anillo al dedo al candidato más opcionado de oposición.
De precampaña magnetiza la atención la controversia con Fuerzas Armadas estratégicamente dirigida al servicio pasivo mientras reivindica los intereses de la tropa frente a la élite de oficiales. Esto del ruido no pasa pues en la década ganada la bonanza petrolera se compartió en Petroecuador y luego del 30S asumieron el rol de árbitros de la maltrecha república de papel igual que en la década de la partidocracia donde apoyaron los tres golpes.