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La buena educación jamás pasa de moda

viernes, 4 marzo 2022 - 15:21
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    He leído con indignación los comentarios que le hacen a la señora fiscal Diana Salazar en una reunión de Zoom que comentan “aunque la mona se vista de seda, negra queda”. Me parece inconcebible, inaceptable que éste pueda ser un argumento de ataque a cualquier persona. Partiendo de este punto, me pregunto ¿dónde ha quedado la buena educación? Recuerdo cómo nos criaban con instrucciones simples como “baja los codos de la mesa”, “no interrumpas a tu tío”, “saluda bien”, “cede el paso”, “cede la silla a tu abuelo”. Consignas claras y básicas de buena educación.

    Actualmente, vivimos en una realidad en la cual todo está permitido, todo debe ser tolerado, todo debe ser respetado, sin embargo, los gestos educados han pasado a segundo plano. Esto es absolutamente contradictorio.

    Lo interesante de todo esto es que la buena educación, la delicadeza, el respeto: no caducan, ni pasan de moda. Es urgente retomar valores en una sociedad irritable, cansada e inmediatista. Es urgente retomar el respeto a la autoridad y a la edad. Urge, entonces, poner límites. Veo con preocupación, desde la educación, que el estilo de paternidad que prima es el permisivo. Padres que temen a sus hijos y que hacen lo que sea por no tener conflictos, padres que consienten a sus hijos en todo y que pueden llevar el celular roto, pero sus hijos deben tener (porque así lo exigen) el celular último modelo.

    Entonces, argumentos bajos e insultantes como los que hacen a la señora Fiscal, pasan inadvertidos e incluso causan burla, cuando están atentando contra una autoridad, una persona pública, una mujer, un ser humano. Esto parte desde la casa, estos buenos modales reflejan la crianza y los límites establecidos en el hogar.

    Pitágoras, en su magistral frase “Educa a los niños y no será necesario castigar a los hombres”, lo dice todo y requiere una real interiorización de cómo estamos criando a nuestros hijos en una época muy complicada que se acentúa con la pandemia. Si queremos hijos respetuosos, exijamos respeto. Si queremos hijos sanos, pongamos límites. Si queremos hijos seguros, respaldémoslos con amor y procuremos su autonomía. Que no pase de moda la buena educación, que nos volquemos no solo a ser un país con formación escolarizada, sino con una cultura educada, lo cual es más profundo, más necesario y más urgente. El racismo, la homofobia, la intolerancia religiosa y política, entre otros extremismos, solo son la punta del iceberg de una problemática social que debe ser saneada. Que no nos acostumbremos a la agresividad, el irrespeto y la malacrianza. Que recordemos que la buena educación viene de casa y que nunca pasa de moda.

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