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En crianza, disciplina es amor

martes, 16 marzo 2021 - 04:34
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    POR ALEGRÍA CRESPO
     
    Recuerdo que bastaba una mirada de mi papá o de mi mamá  para saber que tenía que parar de hablar o terminar inmediatamente una conducta. Hoy en día, cuando veo a mis hijos intensamente con el afán de que paren lo que están diciendo,  ellos ni cortos ni perezosos dicen: “Mami, ¿por qué me ves así?”.  Es decir, las técnicas de antaño no tienen la misma eficacia hoy en  día debido a que, justamente, nos encontramos frente a otro tipo  de niños y adolescentes que deben ser criados de manera distinta  a la cual fuimos criados nosotros.
     
    Educar con exigencia y firmeza no significa castigar a nuestro  hijo o prohibirle las cosas, se trata de saber qué queremos enseñarle y cómo queremos transmitírselo.
     
    Nos quejamos permanentemente de cuántas veces debemos repetir las cosas para que nuestros hijos, finalmente, nos obedezcan.  También hay quejas constantes de que hay que explicar a los chicos las cosas de varias maneras para que comprendan. En fin, para evitar estas situaciones, hay que exponer mensajes claros y concretos y, sobre todo, constantes. No es adecuado variar el mensaje  mientras el niño va creciendo, o las consecuencias frente a una acción, debido a que lo confundimos.
     
    Nuestros hijos deben saber que:
    1• La autoridad (los adultos, los mayores a ellos, profesores  y por supuesto, los padres) merece respeto siempre. No se negocia este punto. El respeto consiste en: escuchar con atención,  no hablar con tono inapropiado, no desafiar, saludar y despedirse correctamente.
     
    2• Los padres darán una vez la consigna y ésta debe ser respondida. No se repetirá innumerables veces la consigna debido a que  esto aplaza la obediencia y la armonía en el hogar.
     
    3• Si necesitan una explicación, se las daremos gustosos, conversaremos con ellos. Pero hay cosas (como ordenar su dormitorio) que se deben hacer porque así debe ser.
     
    4• Sus padres siempre se demostrarán afectuosos al momento  de dar consignas y que esto generará bienestar.
     
    El concepto básico en la crianza es constancia, no podemos dar  consecuencias según el día que hemos tenido. Debemos establecer  rutinas armónicas desde el nacimiento de nuestros hijos. Hay consignas que no son negociables. El respeto jamás pasa de moda, es  un valor fundamental en la vida familiar y social. Con estas pautas  básicas debemos sentirnos orgullosos de criar con firmeza y disciplina ya que las mismas son sinónimo de amor. 

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