En la última década, pasaron por las arcas fiscales la astronómica cantidad de 300 mil millones de dólares, un promedio de 30 mil millones de dólares por año. ¡Cuatro veces más que los gobiernos de los seis años anteriores! Es una cantidad equivalente
a 135 centrales hidroeléctricas como la Coca Codo Sinclair o 76.000 escuelas del milenio o 13 veces la deuda externa ecuatoriana.
Manejar esa cantidad de recursos del pueblo es una gran responsabilidad. Lamentablemente, vemos cómo gradualmente salen a la luz más denuncias de corrupción en el manejo de nuestro dinero. El factor común de estos casos es la falta de transparencia que se enquistó en el modelo de administración pública.
Falta de transparencia en la contratación pública. Para acelerar la inversión de los recursos del pueblo, el gobierno privilegió la participación sin licitación de empresas públicas de otros Estados, especialmente chinas, a través del Régimen Especial de contratación pública. Falta de transparencia en el endeudamiento. La moratoria declarada por este gobierno en la deuda externa redujo las opciones de financiamiento. La urgencia de fondos llevó al país a vender su crudo a China, sin licitación, a cambio del tan requerido financiamiento. Este manejo le significó al país pagar por el financiamiento externo más del doble que sus vecinos, Colombia y Perú.
Falta de transparencia en las estadísticas de endeudamiento. Como el nivel de endeudamiento se acerca a su máximo legal de 40 por ciento del PIB, las autoridades hacen malabares para seguir endeudando al país. Las operaciones de financiamiento con recursos de la Reserva Internacional no se contabilizan como endeudamiento a pesar de que ya superan los 4.000 millones de dólares. El financiamiento obtenido por preventas petroleras, casi 9.000 millones de dólares, tampoco entró en esas estadísticas. Ahora, el gobierno ha creado el concepto de endeudamiento “consolidado” en el que las deudas entre entidades del gobierno no se reflejan en las estadísticas oficiales y el país aparece menos endeudado de lo que en realidad está. Así se espera burlar el límite de endeudamiento legal.
Falta de transparencia en los datos de empleo. En un escenario laboral en deterioro por la destrucción de 87 mil empleos adecuados y 72 mil nuevos desempleados, el INEC ya no presenta la estadística de empleo inadecuado sino solo sus componentes individuales. Esta movida magistral despista a los lectores no especializados y lleva a la conclusión errónea de pensar que los problemas del mercado laboral no son apremiantes. Un gobierno eficaz debe basar su administración en la transparencia porque el dinero que utiliza no le pertenece, sino al pueblo. Necesitamos licitaciones transparentes, estadísticas transparentes, y eliminar la Ley de Comunicación que limita a los medios en el cumplimiento de su papel de fiscalizadores de los recursos que el pueblo encargó al gobierno.