Alberto Acosta-Burneo

Más transparencia

En la última década, pasaron por las  arcas fiscales la astronómica cantidad  de 300 mil millones de dólares, un promedio  de 30 mil millones de dólares por  año. ¡Cuatro veces más que los gobiernos de los  seis años anteriores! Es una cantidad equivalente
a 135 centrales hidroeléctricas como la Coca  Codo Sinclair o 76.000 escuelas del milenio o 13  veces la deuda externa ecuatoriana. 
 
Manejar esa cantidad de recursos del pueblo  es una gran responsabilidad. Lamentablemente,  vemos cómo gradualmente salen a la  luz más denuncias de corrupción en el manejo  de nuestro dinero. El factor común de estos casos  es la falta de transparencia que se enquistó  en el modelo de administración pública.
 
Falta de transparencia en la contratación  pública. Para acelerar la inversión de los recursos  del pueblo, el gobierno privilegió la participación  sin licitación de empresas públicas de  otros Estados, especialmente chinas, a través  del Régimen Especial de contratación pública.  Falta de transparencia en el endeudamiento.  La moratoria declarada por este gobierno  en la deuda externa redujo las opciones de  financiamiento. La urgencia de fondos llevó al  país a vender su crudo a China, sin licitación, a  cambio del tan requerido financiamiento. Este  manejo le significó al país pagar por el financiamiento  externo más del doble que sus vecinos,  Colombia y Perú.
 
Falta de transparencia en las estadísticas  de endeudamiento. Como el nivel de endeudamiento  se acerca a su máximo legal de 40 por  ciento del PIB, las autoridades hacen malabares  para seguir endeudando al país. Las operaciones  de financiamiento con recursos de la  Reserva Internacional no se contabilizan como  endeudamiento a pesar de que ya superan los  4.000 millones de dólares. El financiamiento  obtenido por preventas petroleras, casi 9.000  millones de dólares, tampoco entró en esas  estadísticas.  Ahora, el gobierno ha creado el concepto  de endeudamiento “consolidado” en el que  las deudas entre entidades del gobierno no  se reflejan en las estadísticas oficiales y el  país aparece menos endeudado de lo que en  realidad está. Así se espera burlar el límite de  endeudamiento legal.
 
Falta de transparencia en los datos de empleo.  En un escenario laboral en deterioro por  la destrucción de 87 mil empleos adecuados y  72 mil nuevos desempleados, el INEC ya no  presenta la estadística de empleo inadecuado  sino solo sus componentes individuales. Esta  movida magistral despista a los lectores no especializados  y lleva a la conclusión errónea de  pensar que los problemas del mercado laboral  no son apremiantes.  Un gobierno eficaz debe basar su administración  en la transparencia porque el dinero  que utiliza no le pertenece, sino al pueblo.  Necesitamos licitaciones transparentes, estadísticas  transparentes, y eliminar la Ley de Comunicación  que limita a los medios en el cumplimiento  de su papel de fiscalizadores de los  recursos que el pueblo encargó al gobierno.
 

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