Alberto Acosta-Burneo

Economía de papel

La penuria fiscal impulsará al gobierno a utilizar agresivamente los Títulos del Banco Central, como medio de pago sembrando la semilla de desequilibrios futuros.

A partir de 2013 el país empezó a registrar fuertes déficits fiscales a pesar de que el petróleo todavía rondaba los 90 dólares por barril. Incluso si los precios del crudo se hubieran mantenido, los excesos en el gasto e inversión no podrían continuar indefinidamente. En 2015 terminó la fiesta con el desplome del precio del petróleo y llegó la hora de pagar la cuenta. Pero el gobierno no tiene recursos y acumula atrasos.

Sin dolarización el gobierno hubiera “solucionado” este desajuste poniendo a trabajar a la maquinita de hacer billetes para cancelar todas sus deudas, eso sí, con el consabido efecto inflacionario y de pérdida de poder adquisitivo. Como esto ya no es posible, el gobierno ha encontrado otra opción “creativa” para pagar sus cuentas: los Títulos del Banco Central.

En noviembre se autorizó al Banco Central a emitir deuda por 200 millones de dólares. El Ministerio de Finanzas intercambió sus propios Certificados de Tesorería por los papeles del Banco Central. Con estos papeles Finanzas procedió a pagar a sus proveedores.

Quien recibe estos documentos tiene dos opciones: pagar sus impuestos a valor nominal, o venderlos con un descuento en el mercado de valores para que otro los utilice. Como todo título valor, pueden ser utilizados como medio de pago en cualquier transacción: ya sea para la compra de un terreno, o cualquier otro activo. El dólar ya no es el rey, tiene que compartir el mercado monetario ecuatoriano con los papeles del Banco Central.

La venta de estos papeles se realiza con un descuento que varía en función de su oferta y demanda. Al inicio, cuando había una mayor cantidad de papeles en el mercado, su descuento fue creciente llegando a -4,20 por ciento a finales de enero. Pero conforme se los utilizó para el pago de impuestos en el SRI, disminuyendo así su número, el descuento fue reduciéndose a -1,5 por ciento a finales de febrero.

Esta primera emisión de papeles sirvió como un globo de ensayo para probar su funcionamiento y para que los agentes del mercado se acostumbren a su uso. La penuria fiscal impulsará al gobierno a utilizar agresivamente este nuevo medio de pago sembrando la semilla de desequilibrios futuros. Argentina ya nos antecedió en este experimento entre 2001 y 2002 cuando su gobierno, en medio de una crisis de iliquidez, pagó con papeles o “patacones” a los gobiernos locales y luego amplió su uso inclusive a sueldos y subsidios.

En Ecuador el uso agresivo de estos papeles creará una sensación inicial de liquidez, pero también impulsará la demanda de importaciones haciéndonos perder dólares por el desequilibrio comercial. Su devaluación, por la mayor oferta de estos papeles, provocará incertidumbre. El SRI también será afectado al disminuir sus recaudaciones en dólares, empujando al gobierno a entrar en un espiral de nuevas emisiones de papeles para pagar sus cuentas. ¡Todavía estamos a tiempo para evitar este peligroso espejismo de papel del que no saldremos ilesos!

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