El reciente paso del cometa interestelar 3I/ATLAS por las cercanías del sistema solar dejó un registro histórico para la astronomía moderna: la primera señal de radio captada desde un objeto viajero procedente de otra estrella. El hallazgo fue confirmado por un equipo internacional de científicos que utilizó el radiotelescopio MeerKAT, ubicado en Sudáfrica.
Los investigadores lograron identificar líneas de absorción de hidroxilo (OH) emitidas por el cometa, un compuesto que se genera cuando el agua atrapada en su superficie se sublima al acercarse al Sol. Esta evidencia confirma que 3I/ATLAS es un cometa activo y abre la oportunidad de analizar en tiempo real su composición, su estructura y la evolución de su actividad.
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A diferencia de ʻOumuamua y 2I/Borisov —los dos únicos objetos de origen interestelar detectados antes—, ninguno había emitido señales de radio claras. Esto convierte a 3I/ATLAS en un caso sin precedentes, especialmente por su trayectoria hiperbólica, que confirma que no está retenido por la gravedad solar y que proviene de un sistema estelar completamente distinto.
Para los astrónomos, la detección marca un avance crucial: los compuestos identificados, como el hidroxilo y el cianuro de hidrógeno, permiten estudiar cómo se formaron los cuerpos helados en otras regiones de la galaxia. Los investigadores describieron el fenómeno como “una carta enviada desde otro entorno estelar hace miles de millones de años”, debido al valor histórico y químico de los materiales liberados por el cometa.
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Pese a las hipótesis iniciales, los especialistas descartaron cualquier origen artificial. La actividad registrada —incluida la formación de una cola en dirección opuesta al Sol y la emisión de chorros de gas— coincide con el comportamiento natural de un cometa expuesto al viento solar. Durante su máxima aproximación, se estima que 3I/ATLAS perdió cerca del 16 % de su masa, una reacción extrema pero común entre los objetos helados que se adentran en zonas más cálidas del sistema solar.