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OPINIÓN | Transición Ecológica: la gran oportunidad para revertir una catástrofe ambiental creando procesos virtuosos

jueves, 5 agosto 2021 - 17:53
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Por: Belén Páez, secretaria General de la Iniciativa Cuencas Sagradas y Directora Ejecutiva de la Fundación Pachamama.

La Amazonía es uno de los ecosistemas más relevantes del planeta, en especial ante la necesidad de mitigar el cambio climático. Es paradójico que un lugar de tanta riqueza natural sea a la vez un lugar de altos niveles de pobreza. La situación es aún incierta en esta zona de contrastes, con diversas amenazas ambientales que podrían llegar a un punto de no retorno. El territorio amazónico, gran reservorio y pulmón del planeta, corre el riesgo de convertirse en un desierto y generar una catástrofe socioambiental sin precedentes, y sus habitantes continúan distantes de tener oportunidades. El colapso del Amazonas como lo conocemos tendrá, sin lugar a dudas, un impacto en el funcionamiento de la biósfera y ello en todas las formas de vida, incluyendo la humana.

Replantear la relación con la Amazonía y revertir los procesos del modelo extractivista es urgente, de la mano de acciones de justicia climática, seguridad y resiliencia global. Es positiva la propuesta de transición que emerge desde los pueblos y nacionalidades indígenas que habitan la selva peruana y ecuatoriana, en el territorio que se conoce como Cuencas Sagradas, con vías claras, efectivas y concretas para transformar la economía, generando oportunidades virtuosas a partir de la conservación.

Es momento de pensar en modelos que prescindan de la extracción petrolera y minera, fundamental para garantizar la estabilidad climática global y contribuir a limitar los impactos y consecuencias del cambio climático. Tenemos unos 17 años de plazo para no rebasar el límite de alto riesgo planetario, una alerta que debería movilizarnos de manera inmediata. De hecho, la propuesta de un Tratado de no Proliferación de los Combustibles Fósiles que han venido planteando diversos movimientos resulta de todo sentido y va en línea con lo sugerido por las organizaciones que forman parte de la iniciativa Cuencas Sagradas.

Los procesos de transición ecológica, en los que países como Ecuador se plantean intenciones de liderazgo, son urgentes e indispensables. El bienestar humano y la conservación del planeta son pilares fundamentales. Lograr una buena calidad de vida, acceso a salud, educación, vivienda y cultura, para las comunidades locales que son dueñas y guardianas de territorios sensibles y relevantes, debe ser la base de los procesos de cambio.

La bioeconomía y las economías del bosque son caminos que ofrecen oportunidades para solventar las necesidades humanas sin comprometer los recursos naturales. La transición empieza en las ideas y es un camino para pasar de la lógica del PIB como medida de bienestar a nuevos indicadores que midan la saludable relación del ser humano con la naturaleza. El PIB, como indicador de bienestar, es insuficiente en este momento para evaluar factores vitales para la supervivencia de nuestra especie en el corto plazo.

Es clave que gobiernos, como los de Perú y Ecuador, avancen hacía una propuesta de transición ecológica para garantizar la conservación permanente del territorio amazónico. La agenda ambiental debe partir de una profunda reflexión sobre la aplicación de mecanismos, como la Renta Básica Universal para las poblaciones que cuidan los bosques. Además, se deben cerrar las brechas de acceso a oportunidades, en especial en la región amazónica, zona afectada dramáticamente por el Covid-19. Los ejemplos de poblaciones como Alaska (Estados Unidos) demuestran resultados positivos en el acceso a educación y dinamismo de la economía local, que pueden inspirar acciones contundentes en nuestra región.

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