Aunque las exportaciones no petroleras-no mineras se incrementaron, hay alertas que preocupan al sector
Las exportaciones no petroleras no mineras experimentaron un crecimiento interanual del 17% hasta noviembre del 2022. En valor exportado, este rubro alcanzó los 16.790 millones de dólares. Sin embargo, en volumen exportado, se registra una reducción del 4%.
Xavier Rosero, vicepresidente ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Exportadores –Fedexpor, explica que este último aspecto no es necesariamente positivo, ya que la transición de recuperación que está viviendo el país, por el alza de precios a causa de los efectos de la guerra de Rusia y Ucrania prácticamente se está terminando, “dejando al sector eventualmente en un escenario no deseado que es el de menor capacidad productiva. En el momento que los precios empiecen a retroceder vamos a tener menor volumen exportado y menos precio, poniendo en riesgo al sector, razón por la cual vamos a requerir de un esfuerzo adicional”, explica.
Dentro de los sectores de exportación está el Acuícola-Pesquero el cual representó un valor de ventas de 2.196 millones de dólares, de enero a noviembre del 2022, evidenciando un crecimiento del 35%. En volumen también existe un crecimiento del 16% y de 189 mil toneladas.
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Al desagregar este segmento, el camarón muestra un aumento del 28% en volumen, sin embargo, en las conservas de atún existe un descenso del 4% en volumen.
Por otro lado, en el sector agrícola-agroindustrial ha existido un estancamiento. En valores hay un crecimiento del 1% con 70 millones de dólares. Mientras que en volumen existe una reducción del 4% y de 314 mil toneladas. En éste, el banano y el plátano evidencia una reducción del 6% en volumen.
El segmento de Manufacturas también es otro que muestra una disminución en su volumen exportado con la reducción del 13% y menos 276 mil toneladas. Dentro de este, el 60% de sectores industriales redujeron su volumen.
Dentro de los factores relevantes que han influido en las exportaciones de este año están por el frente externo, un mayor costo de insumos, incluso de hasta un 115% en alguno de ellos y el fortalecimiento del dólar.
Paralelamente, este último efecto se vio agravado por las depreciaciones de las monedas de los competidores directos como Perú, Colombia o economías centroamericanas que alcanzaron niveles de entre el 2% y el 20% frente al dólar. Esto significa que el producto ecuatoriano no solo es más costoso en destino (con un resultado de menor demanda por pérdida de capacidad adquisitiva), sino que muestra una pérdida de competitividad monetaria con productos similares que desplazan a la oferta ecuatoriana por mejores condiciones monetarias de negociación.
También hay aspectos internos que preocupan al sector como los costos logísticos y la inseguridad en el movimiento de la carga. Por otra parte, el 2022 estuvo marcado por un visible deterioro en la situación de seguridad relativa a la contaminación de carga.
Felipe Ribadeneira, presidente de Fedexpor explica que para enfrentar este problema las inspecciones intrusivas a contenedores se han llegado a multiplicar hasta 10 veces en muchos casos, con el correspondiente sobrecosto. Adicionalmente, esta situación genera costos directos de mitigación como seguridad privada, monitoreo, esquemas de trazabilidad, así como otros costos derivados de trámites y procesos judiciales para empresas que son víctimas de contaminación que pueden llegar a superar el propio valor de toda la carga exportada.
Por ello, indica que el gremio se encuentra trabajando en dos frentes. “Estamos tratando de recuperar todo ese tiempo perdido en cuanto a la guerra de acuerdos comerciales que teníamos, y más con el mercado de Estados Unidos que debemos seguir insistiendo. Pero también de forma interna y en el corto plazo, es urgente la revisión de la seguridad de la carga de exportación y los sobrecostos logísticos como el costo de los escáneres que tendrán un costo aproximado de 25 millones de dólares anuales y se incrementarán de acuerdo al salario básico, para el aseguramiento de la no contaminación de carga”, indica.
Perspectivas 2023
Durante los últimos meses la demanda internacional se ha desacelerado de una manera muy marcada, como resultado de la escalada de precios, altos costos energéticos y de costos de insumos de producción, y otros efectos colaterales del conflicto en la zona eurasiática, por tanto, existe un riesgo de recesión económica alrededor del mundo que determinará en gran medida el desempeño de las exportaciones ecuatorianas.
Leve crecimiento económico mundial complicará la demanda de productos ecuatorianos: Para el 2023 se prevé que Estados Unidos y la Unión Europea, destinos que representan poco más del 40% de las exportaciones no petroleras no mineras, registren un estancamiento en materia económica, al expandirse, según organismos internacionales, a tasas que no superan el 1%, lo cual afectará indudablemente la demanda de productos ecuatorianos en esos mercados.
Efectos colaterales del conflicto bélico y políticas sanitarias todavía serán relevantes en el consumo y producción: Los efectos colaterales del conflicto entre Rusia y Ucrania han establecido que los costos de algunos insumos transversales de las exportaciones se mantengan elevados como puede ser el combustible, los agroinsumos, los aceites necesarios para la conserva de alimentos, entre otros
Oportunidades para el Ecuador
Agenda de acuerdos comerciales: El 2023 se presenta como un año para consolidar los esfuerzos de la agenda comercial para aquellos procesos que ya cuentan con un cierre técnico como China y Costa Rica, donde la oferta tradicional puede tomar un impulso y la oferta industrial puede expandirse. Además de los procesos que se están llevando a cabo como Corea del Sur, existen importantes oportunidades en el potencial inicio de negociaciones con República Dominicana, Panamá y Canadá.
