Israel y Hamás han acordado un alto el fuego de seis semanas, en el que se producirá un intercambio gradual de 33 rehenes israelíes por más de 1.900 presos palestinos.
Tras casi siete meses de guerra, los habitantes de Rafah celebraron el anuncio de Hamás en las calles, entre lágrimas de felicidad, cánticos de "Allahu Akbar" ("Dios es el más grande") y disparos.