Algunas de las víctimas exigieron a los ministros presentes que además de las disculpas cumplan con una reparación integral, con el objetivo de que estas situaciones no vuelvan a ocurrir.
Los campamentos dentro de las haciendas de Furukawa, arrendadas a particulares que trabajaban las plantaciones, no tenían acceso a servicios básicos, de educación ni de salud.