La mujer ha llevado el mayor peso de la pandemia

Patricia Estupiñán

Por Patricia Estupiñán
 
Si algo ha demostrado la pandemia del Covid19 es la dependencia del mundo en la mujer. No solo que de ella han dependido muchos centros hospitalarios, con doctoras, enfermeras y personal de cuidado y limpieza, sino también en el hogar y la familia. Sin embargo, la pandemia también ha reflejado en blanco y negro la existencia de una desigualdad estructural entre hombres y mujeres, entre niños y niñas. Según Naciones Unidas: “En tiempos de crisis, cuando los recursos se reducen, la capacidad institucional es limitada, las mujeres y niñas sufren desproporcionadamente los impactos”.
 
La desproporcionada carga sobre las mujeres es universal. Tanto en países desarrollados, como en economías en desarrollo, en los meses de confinamiento las mujeres tuvieron que asumir un trabajo sin horario para cuidar mayoritariamente a los niños en casa, educarlos y a la vez trabajar.  Como el salario femenino casi siempre en un hogar es inferior al que gana el hombre, proteger al salario de mayor ingreso fue prioritario. Entre los países de la OECD, por ejemplo, los hombres ganan en promedio 25.000 dólares anuales contra 13.000 dólares de las mujeres, según un reporte del World Economic Forum de 2019. Ese mismo reporte sostiene que una disparidad muy similar existe en los países que no son miembros de la OECD.https://reports.weforum.org/global-gender-gap-report-2020/the-global-gen...
 
El confinamiento por la pandemia también ha tenido un impacto gravitante en la educación. Según la Unesco, más de mil millones de estudiantes han debido enfrentarse a la educación de manera remota, revelando el costo de la brecha digital.  En América Latina, donde dos de cada diez habitantes viven en condiciones precarias, el hacinamiento impide estudiar en un espacio adecuado. “Para muchas mujeres y niñas, el confinamiento significa una exacerbación de la carga de trabajo de cuidados no remunerados, que a su vez tiene consecuencias en el aprendizaje”, según un informe de la Cepal.  “Las niñas invertían en cuidados entre 3 y 4 horas diarias, mientras los niños no superaban 2.8”.  En Ecuador una estadística de Unicef dice que las niñas trabajan semanalmente 3.8 horas más que los niños en tareas domésticas.
 
Mucho antes de la pandemia, en el mundo al año 243 millones de mujeres y niñas, entre 15 y 49 años están sujetas a violencia física y abuso sexual, por lo general por alguien cercano. “El Covid19, va a exacerbar el impacto en el bienestar, los derechos reproductivos de salud y su estado mental, limitando la habilidad de estas mujeres para participar en la recuperación de nuestras sociedades y economías”, sostiene un reporte de la ONU.  A nivel mundial asegura ese mismo reporte que apenas 40% de mujeres maltratadas buscan ayuda y un 10% reporta su condición a la policía.  Estas cifras las comparte Ecuador.
 
Todo este panorama complejo ha puesto en reversa muchas de las conquistas tan fuertemente luchadas por las mujeres durante décadas. No obstante, debe ser para las mujeres que hemos sobrevivido el temporal, un impulso para no dejar de bregar por igual paga, igual educación, igual descanso y amplia protección contra la violencia.
 
La violencia doméstica.