Alejandra Durán: Una mente joven con propósito

Nicole Cáceres Báez
Transformar la ropa, reutilizar los rechazos y enseñar sobre el impacto de la industria de la moda es el mensaje diario de esta joven emprendedora.

Desde el 2009 hasta la actualidad, la historia de La Aguja Mágica, un emprendimiento que nació con el fin de reparar prendas de ropa, dio un cambio de imagen y transformó su proyecto hacia uno con propósito guiado por Alejandra Durán. La joven guayaquileña de 24 años aprendió desde niña el impacto de la industria de la moda, la segunda más contaminante después del petróleo, y no dudó en aplicar este conocimiento en el emprendimiento familiar.

Transformar la ropa, reutilizar los rechazos y enseñar sobre el impacto de la industria de la moda es el mensaje diario de esta joven emprendedora.

CONCIENCIA A LA HORA DE VESTIR

“Me acuerdo la primera vez que vi el tema de la transformación, yo era pequeña y tenía un jean que ya no quería y mi mamá me dijo que no lo regale, que podíamos hacerlo un short. Ese día mi mente se abrió”, comenta Alejandra, quien al indagar más sobre la industria de la moda se encontró con una realidad aterradora. Ella nos dice que si todos nos pusiéramos a investigar realmente de dónde viene la ropa que compramos nos encontraríamos hasta con marcas que tienen juicios legales porque deben millones a sus trabajadores, no les pagan lo suficiente, les hacen tratar en condiciones infrahumanas o no tienen un trato justo hacia las mujeres y niñas.

“Por eso es importante que todos sepamos que cuando algo es muy barato, algo está mal detrás, la calidad es mala, o a alguien no le pagaron bien, o hicieron una sobreproducción”, resalta, explicando que otro gran problema de la contaminación ambiental es la sobreproducción de ropa que termina en botaderos o en el mar. “La mayoría de prendas son de poliéster que es plástico y en el océano se convierte en microplástico que son unas cosas chiquitas que se comen los peces y así tu comida ya llega contaminada”.

Al darse cuenta que nadie estaba hablando sobre esto, Alejandra decidió llevar adelante este mensaje concienciador e intentar que más personas la escucharan a través de su negocio, con la ayuda de las redes sociales, “empecé a tratar de comunicarlo y tenía miedo que nadie me haga caso por ser una niña, pero la gente respondió bien, y así poco a poco le hacemos entender a la gente que la ropa contamina un montón y que en vez de botarla se la puede rediseñar”.

TOMANDO LA BATUTA

Así fue como Alejandra, desde sus 18 años, asumió un rol con propósito. Ahora que es licenciada en Psicología Organizacional, se dedica al bienestar laboral de todos sus colaboradores y a llevar adelante un ambiente en el que prime el compañerismo y el respeto tanto entre trabajadores como clientes, ya que para cumplir con su misión es importante brindar una experiencia agradable y así pueda calar en todos el mensaje de ser amigables con el planeta. La guayaquileña nos confiesa que su reto diario es ofrecer algo con significado, que la gente conecte con ellos y en el tema de redes “no solo usarlas como un canal de ventas sino como si fuera una persona que siente y piensa cómo ayudar a la gente”.

“Gracias al tema de cero desperdicios hemos podido entrar a diferentes nichos que nunca nos imaginamos”, orgullosa nos cuenta cómo en sus locales no se desperdicia ni un solo retazo de tela, con los pequeños pedazos hacen cojines, bolsas para supermercados, empaques para fundas de arroz e incluso prendas de vestir, “la gente lo que más arregla son jeans, una vez hicimos un pantalón hecho completamente de pedacitos de jean que se hubieran ido a la basura y a la gente le encantó”, nos resalta.

Transformar la ropa, reutilizar los rechazos y enseñar sobre el impacto de la industria de la moda es el mensaje diario de esta joven emprendedora.

A LA HORA DE EMPRENDER

Alejandra nos comparte los mejores consejos que ha aprendido a lo largo de estos años de trabajo:

• Tu marca tiene que tener un significado, es difícil que esta sea exitosa sin un propósito, por ejemplo, tener materiales amigables con el medio ambiente, dar trabajo digno a mujeres o dar un pequeño porcentaje de tus ventas a fundaciones.

• Tener una historia detrás de tu marca. Lo más valioso para conectar con tus clientes va a ser la historia: quién eres tú, a qué te dedicas, qué te gusta, cuáles son tus objetivos o qué es lo que te mueve.

• Rodearte de personas que vayan a apoyarte, gente que te quiera y sea positiva.