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¿Quiere obtener lo que se propone?

jueves, 17 marzo 2016 - 04:17
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Veinticinco años después de su lanzamiento, el libro ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’ continúa encabezando las listas de best sellers en el mundo. ¿Por qué?

No ofrece recetas mágicas. No es fácil de llevar a la práctica. Sin embargo, quienes siguen este programa consideran que marca un antes y un después no sólo en la manera en que logran alcanzar sus objetivos, sino también en sus relaciones personales, en su desarrollo humano y profesional. Stephen Covey realizó una exhaustiva investigación en los Estados Unidos sobre cómo era el accionar de la gente altamente efectiva. Descubrió aspectos en común y los agrupó en siete puntos clave que dieron lugar a la publicación de Los siete hábitos de la gente altamente efectiva. Como su nombre lo señala, no se trata de ingredientes mágicos ni instantáneos, sino de la práctica de hábitos específicos. A diferencia de gran parte de la oferta de libros de autoayuda, este texto no se enfoca sólo en la forma, sino en el fondo. Sostiene que sin principios y valores no se puede triunfar de manera permanente.

Franklin Covey es una compañía global que ofrece asesoría a quienes quieren profundizar las enseñanzas del libro o seguir otros programas relacionados con el mejoramiento del desempeño en las diversas  facetas de la vida, pero con énfasis en el área de negocios y liderazgo. María Fernanda Corral  es la gerenta general – Partner de la empresa en Ecuador, experta en el área de recursos humanos, con una trayectoria nacional e internacional. Ella responde algunas inquietudes sobre el best seller de Stephen Covey y las razones de su éxito desde hace 25 años en que salió a la luz la primera edición.

El título del libro habla de gente altamente efectiva, ¿qué implica ser una persona de ese tipo?
El concepto de la efectividad que maneja Stephen Covey es la capacidad de generar resultados extraordinarios en cualquier aspecto de la vida, hoy, mañana y siempre, es decir, de manera sostenible. La efectividad debe considerar dos aspectos: los resultados en sí mismos y la capacidad de generar esos resultados. Para graficarlo se utiliza la analogía de la gallina de los huevos de oro. Los huevos de oro representan los resultados, pero para poder seguir obteniéndolos es necesario mantener la capacidad de producirlos, es decir, cuidar a la gallina. Muchas veces las personas se enfocan sólo en los resultados y descuidan o “matan a la gallina de los huevos de oro”, como se dice comúnmente. Eso puede ocurrir a nivel personal o a nivel organizacional.

En el primer caso, si solo estás enfocado en generar resultados pueden aparecer problemas en la salud o en las relaciones familiares, aspectos que se descuidan para dedicarse únicamente a producir. En la parte organizacional, si sólo se buscan resultados y se olvida del entrenamiento de la gente, del cuidado de la maquinaria, de mejorar las herramientas tecnológicas, a la larga éstos no van a ser sostenibles. También ocurre lo inverso: cuando el enfoque está sólo en engordar la gallina y no en buscar resultados. La clave es mantener un balance entre los dos elementos.


Más de 25 millones de copias vendidas en 52 idiomas, considerado
uno de los más influyentes de todos los tiempos por la revista Forbes.

En el libro se hace una diferenciación entre los métodos para obtener resultados que sugieren una transformación interna y los que recomiendan cambios de forma y muchas veces solo relacionados con el manejo de la imagen.
Cuando el doctor Covey  empieza a investigar los factores que han llevado al éxito a cientos de personas, encuentra que durante muchos años, el éxito estaba asociado a lo que él denominó “la ética del carácter”, relacionada con valores y principios como honestidad, capacidad de trabajo, integridad, solidaridad, empatía, enfocándose más en el ser que en el parecer. Encontró que a partir de la Primera Guerra Mundial el enfoque se traslada a lo que el autor llamó “la ética de la personalidad”, que está más asociada con el aparentar ser. Entonces aparecen las guías tipo “vístete para ser exitoso”, “el poder está en la imagen”. Suelen compararse, la primera, la relacionada con los valores profundos, con las raíces; y la segunda con el tronco de un árbol que es lo que se ve. Pero no hay que olvidar que si las raíces no están fuertes, ante el primer remezón el árbol se cae.

Las propuestas de autoayuda pueden estar enfocadas solo a la personalidad. Para aprender a construir relaciones se sugiere, por ejemplo, mostrar interés por los pasatiempos de la otra persona para engancharla y promover una conversación. Esa es una técnica, pero a menos de que haya un interés genuino, se corre el riesgo de ser percibido como poco auténtico. Tal vez en un primer momento funcione, pero para construir relaciones profundas, ese tipo de técnicas no sirven. Lo mismo ocurre en el ámbito profesional. Las bases del liderazgo tienen que ver con lo profundo, con la raíz. A las personas “grandes” interiormente, prácticamente ningún rol les queda chico.


María Fernanda Corral es la gerenta general Partner
de Franklin Covey en Ecuador.

Pero parecería que en estos tiempos los principios relacionados “a la raíz”, están poco valorados...
Como vivimos en tiempos de extrema rapidez parecería que hemos olvidado esos principios. En las organizaciones y en la vida personal estamos buscando los quick fixes, o salidas rápidas: los abdominales definidos en cinco minutos, pero eso no existe. La evidencia son los resultados.

Desde nuestras respectivas organizaciones y desde nuestras relaciones personales hay que hacer una pausa y ver si estamos obteniendo los resultados que queremos. Si alguien siente que no está obteniendo los resultados que espera tiene que detenerse y examinar: ¿será que estas técnicas que estoy aplicando de parecer y no ser ni sentir me están funcionando? Si no hay esa reflexión personal, lo más probable es que se continúe culpando al resto por la falta de resultados.

Una parte muy llamativa del libro aborda el tema de las percepciones y la realidad y cómo tener percepciones equivocadas sobre personas o hechos pueden ser la causa de nuestra incapacidad para generar cambios que lleven a los resultados esperados.
Esto se refiere a los paradigmas, a cómo vemos las cosas. El doctor Covey sostiene en el libro que las personas actuamos de acuerdo a cómo vemos el mundo. Para resumirlo el modelo sería: ver, hacer, lograr. Es decir, de acuerdo a cómo veo el mundo me comporto y de acuerdo a cómo me comporto genero resultados.

Para poder hacer cambios profundos se necesita revisar los paradigmas, esos mapas mentales, que no necesariamente son la realidad. Muchos de los conflictos surgen por la manera en que vemos las cosas: como verdad absoluta.

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