¿Por qué Tame no despega?
Diana Romero domingo, 18 noviembre 2018 - 08:53
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Tres minutos antes de las nueve de la noche del domingo 28 de octubre, TAME se despidió de Salinas. Ese fue el último vuelo semanal, Salinas-Quito, de la además única frecuencia comercial que durante cuatro años tuvo el aeropuerto Ulpiano Páez de ese balneario.
En enero de 2014 el Ministerio de Obras Públicas anunciaba la inauguración de una nueva terminal para 200 pasajeros, la reconstrucción y ensanchamiento de la pista, y obras adicionales con una inversión de 49 millones de dólares. Y para justificar el gasto estuvo TAME, sin importar que los vuelos no fueran rentables.
En marzo de 2016, Vistazo alertó que entre 2013 y 2014, la aerolínea estatal había registrado pérdidas por 58 millones de dólares. Días después, el entonces contralor Carlos Pólit revelaba que ya había empezado un análisis a fondo y que “Las pérdidas superan las cifras que se hicieron públicas”, añadiendo que “se revelarán las verdaderas pérdidas que ha tenido la institución”.
Pólit huyó del cargo sin haber destapado la olla. Una auditoría externa contratada por la propia TAME con el aval de la Contraloría es la que ahora nos permite saber que a diciembre de 2015, es decir hace tres años, las pérdidas acumuladas de la aerolínea fueron de 145 millones de dólares. Si se quisiera recuperar ese dinero, lanzado al vacío, cerrando la empresa y vendiendo hasta la última gorra de los pilotos, aún harían falta 67 millones de dólares para cubrir el hueco patrimonial.
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