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El fantasma de un cartel serbio que vivió (y murió) sin ser notado en Guayaquil

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Durante 11 años, vivió en Ecuador como un fantasma. Pero desde el 13 de noviembre de 2020 hasta el 12 de enero de 2021, Milan Milovac ya era un muerto viviente. Los últimos 60 días de su vida se convirtieron en un enigma; sin embargo, esto no es nada comparado con el misterio de sus actividades clandestinas en Guayaquil. Esta investigación muestra la vida oculta del operador de un cartel serbio en Ecuador. Confirma la existencia de la mafia de los Balcanes en el país.

Fue sentenciado a cumplir una condena de 11 años por cargos de narcotráfico en Serbia; pero logró evitar la prisión. Se escabulló de Interpol que estaba tras su pista y finalmente aterrizó en Guayaquil después de 2009.

Milovac aprovechó la atmósfera benevolente hacia los visitantes extranjeros. En Ecuador, obtuvo una identidad falsa como ciudadano ecuatoriano, bajo el nombre de Marko Patricio Markovic Gómez. Aunque había nacido en 1974, en el documento falso ecuatoriano declaró ser cinco años más joven, esto es, como si hubiera nacido en 1979.

Milovac era el representante local de un cartel serbio, dirigido por el barón de la cocaína Darko Saric, según las investigaciones oficiales en ese país de los Balcanes.

Tenía experiencia en el trato con distribuidores colombianos, porque en el pasado había trabajado para una organización criminal italiana. Desde Guayaquil, negociaba con un proveedor colombiano, probablemente basado en el municipio de Pasto. Se encargaba del envío de la droga desde el puerto, camuflada entre productos de exportación perecibles en contenedores.

Saric recibió una voz de alarma por parte de otro colaborador (Petar Cosic). Le reportaba que Milovac trabajaba por su cuenta, había establecido vínculos directos con el proveedor. Para Saric, esto era un acto de traición. Ordenó matar al fantasma escondido en Ecuador.

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La vida secreta en Ecuador

Milovac no sabía que su sentencia de muerte estaba firmada desde Belgrado, donde Saric cumplía arresto domiciliario por drogas.

Bajo la fachada de un exitoso empresario, desde 2020 vivía en una villa rentada en una urbanización exclusiva, entre Guayaquil y Samborondón. Vivía en una de las 150 casas, algunas de las cuales están avaluadas en más de 400 mil dólares. Su círculo de amigos era muy pequeño, tenía una novia y un amigo empresario.

La Superintendencia de Compañías no tiene registro de Milovac (ni tampoco de Markovic) como representante, gerente o accionista de compañía alguna en Ecuador. El Servicio de Rentas Internas (SRI) lo registra como contribuyente; sin embargo, el único impuesto que llegó a pagar en cinco años fue el Impuesto de Salida de Capitales. La cantidad es insignificante: 70 centavos de dólar en 2019. La información de sus ingresos no está reportada, no llegó a declarar sus cifras de 2021.

Este caso muestra la debilidad del sistema de control de lavado de activos en el país, explica un experto. Él se las arregló para pasar debajo del radar.

Que Milovac se fraguó una identidad falsa en Ecuador solo saltó a la luz tras su muerte, cuando su familia envió desde los Balcanes copia de su pasaporte. Según este documento, su nacionalidad era croata.

Solo cuando murió se supo que en Ecuador tenía una identidad fraudulenta, sus huellas no coinciden con la tarjeta índice del Registro Civil.

Por eso es irónico que como ciudadano ecuatoriano Markovic Gómez aún se encontraba habilitado para votar en el más reciente proceso electoral de febrero de 2023. Aunque murió hace dos años, sigue inscrito en Empalme (provincia del Guayas) en la junta 42.

Sobrevivió dos veces

El zar de la cocaína en Serbia Darko Saric fue condenado en abril de 2022 por narcotráfico, luego de violar el arresto domiciliario. Durante la investigación en ese país salieron a la luz sus conversaciones encriptadas a través de la plataforma Sky. En ellas ordenaba desde Belgrado la muerte de Milovac.

Milovac (alias Markovic) sobrevivió a un atentado desde una motocicleta el 13 de noviembre de 2020. Era un viernes, y al parecer él no era supersticioso. Quedó herido y fue llevado a una clínica privada en Guayaquil. Hasta la casa de salud fue enviado otro sicario. Fue detenido con una cédula falsa, con dos teléfonos celulares. Declaró ante la Policía que debía advertir al herido que guardara silencio. La información del segundo ataque fallido llegó hasta Belgrado, vía chat.

Es insólito que el detenido por intento de asesinato fuera procesado por uso de un documento falso y condenado a cumplir una sentencia de 18 meses, a través de un procedimiento abreviado. Si la justicia ecuatoriana hubiera hecho su trabajo, se hubiera encontrado los vínculos del sicario con una organización transnacional.

Milovac fue incluido en el Programa Nacional de Víctimas y Testigos de la Fiscalía y tenía resguardo y vigilancia. Sin embargo, poco antes de Navidad, el 21 de diciembre, su novia informó a las autoridades locales que él voluntariamente renunciaba a su estatus de protección. Supuestamente, todo estaba listo para que él viajara a Europa.

En la residencia se había instalado una clínica para su recuperación, con médico y enfermeras incluidas. Hacia las 6 de la tarde del lunes 11 de enero de 2021, el paciente dejó el hospital privado y fue conducido a su vivienda. Horas más tarde (3 de la mañana del día 12), el servicio del ECU-911 recibió la llamada de emergencia. Una ambulancia lo llevó de regreso al hospital que había dejado en horas previas. Al arribar fue declarado muerto.

El caso aún se investiga en Ecuador, bajo reserva. En enero, autoridades judiciales de Croacia requirieron toda la información, basándose en la figura de una Asistencia Penal Internacional.

*Investigación con el apoyo de Global Initiative against Organized Crime y el Instituto Prensa y Sociedad, en alianza con Vistazo y Código Vidrio.

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