Anunciada en octubre de 2024 y con una inversión de USD 15 millones, la reconstrucción vial en Samborondón incluye fresado, asfaltado, ampliación a cinco carriles, retorno estandarizados, arborización, ciclovías y drenaje pluvial, en un tramo en el que transitan más de 110 mil vehículos diarios.
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A un mes de cumplirse el plazo contractual, sigue inconclusa. En diálogo con Vistazo, el alcalde de Samborondón, Juan José Yúnez, le adjudica la demora al clima y falta de insumos.
Añade que no puede comprometer una fecha para la reanudación, porque “depende del abastecimiento desde la refinería. Primero dijeron junio, luego julio, ahora agosto; si yo doy una fecha, estaría mintiendo”, enfatiza.
Mientras, el Municipio continúa con ampliaciones, trabajos de ductería, arborización y adecuación para ciclovías. Se han terminado tres retornos y se ha inaugurado un paso peatonal que beneficia a más de 8 mil personas, según la municipalidad.
La ampliación consiste en ensanchar los tramos para regular la cantidad de carriles de circulación. El municipio interviene especialmente entre el kilómetro 10.5 (a la altura del Cuerpo de Bomberos) y Plaza Lagos, para corregir los cuellos de botella que se forman en zonas donde la vía pasaba de cinco a dos carriles.
Sin embargo, para Alejandro Chanabá, máster en Transporte y Movilidad Marítima, no se trata de una solución integral, sino de un parche estético que, según él, literalmente desplaza el problema. “Lo que están haciendo es un adecentamiento: pintar, ampliar un poco y seguir con los mismos problemas de fondo”, sentencia. Para el experto, el verdadero conflicto es estructural.
Carlos Paguay atraviesa la vía casi todos los días alrededor de las 16:30 en su trayecto desde el centro de Guayaquil hacia la Aurora. Desde que arrancó la obra en noviembre de 2024, el trayecto que antes le tomaba 20 minutos puede extenderse a 40.
Aunque reconoce mejoras, como el paso peatonal recién inaugurado a la altura del centro comercial Entre Ríos —que, según la municipalidad, beneficia a 8 mil personas—, se pregunta por qué se intervienen zonas que, a su parecer, no lo necesitaban. “Están arreglando un retorno que funcionaba bien, no ameritaba arreglo”.
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Por su parte, el alcalde Yúnez insiste en que tienen un plan. Habla de nuevas rutas internas en zonas como Plaza Batán o Ciudad Celeste, de hacer de Samborondón la ciudad de 15 minutos y del impulso al transporte público. De hecho, se proyecta que hasta inicios de 2026 se incorporen hasta ocho unidades a los cuatro 'Sambo Trolley' que ya operan de manera gratuita.
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Frente al gran embotellamiento del tramo, el transporte fluvial aparece como una alternativa para conectar Samborondón y Guayaquil, sugiere el decano de la facultad de Ingeniería Marítima y Ciencia del Mar de la Espol. “Se trata de generar opciones reales. Que los autos sean la única alternativa eficiente ya no es sostenible”.
Yúnez asegura que existe apertura por parte de su administración, pero también marca distancias. “Guayaquil es quien lidera los estudios técnicos. Nosotros estamos dispuestos a compartir toda la información que necesiten, pero no me quiero adelantar a decir si es posible o no. Es un tema técnico”.
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En lo único que coinciden ambos es en que el futuro de Samborondón no puede seguir dependiendo de una sola vía. Chanabá insiste en que la solución es crear zonas autosuficientes, en las que las personas puedan vivir, estudiar, trabajar y comprar a distancias caminables.