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Los paraísos secretos del correísmo

lunes, 17 junio 2019 - 12:01
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“No hay muerto malo ni guagua feo”. Era marzo de  2013. El 7 de ese mes, 115  altos funcionarios ecuatorianos viajaron para asistir a los funerales de Hugo  Chávez, en Caracas. El Legacy 600 con  10 pasajeros y un Boeing 721 de la  Fuerza Aérea Ecuatoriana, con 105 pasajeros, aterrizaron en Venezuela.
 
A Chávez lo enterraron 10 días más  tarde, con los honores de un jefe de  Estado. Curiosamente, el 18 de marzo  de 2013, el entonces ministro de  Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Ricardo Patiño, inició un extraño periplo. Partió de Quito a  Maiquetía, donde está  el principal aeropuerto internacional de  Venezuela. En este  lugar permaneció  21 horas.
 
Posteriormente  salió hacia Trinidad  y Tobago: allí se de tuvo prácticamente un día. Siguió con ruta a Managua, capital de Nicaragua  donde se quedó 23 horas; para luego  desplazarse a Buenos Aires: en la capital  argentina hizo una parada de 10 horas.  Durante el viaje de regreso a Quito, hizo  una escala en Lima.
 
“No se conoció el objetivo del viaje  y en consecuencia, cuál de los destinos  mencionados era el final, pero sí se sabe  que Trinidad y Tobago es un paraíso  fiscal”, advierte el documento de Contraloría que resume meses de investigaciones sobre uno de los secretos mejor  guardados en los últimos años: los vuelos presidenciales durante el correísmo.
 
Hay nuevas luces. Sobre todo, las que aclaran que entre enero de 2012 y mayo de 2017 se realizaron 24 vuelos, con los aviones presidenciales, hacia paraísos fiscales, satanizados por el mismo gobierno de Correa. 
 
En 2017 él promovió una consulta popular para impedir que los candidatos  para dignidades electas tuvieran inversiones offshore.
 
Panamá, Barbados, Trinidad y Tobago, Guyana, Granada, Antigua y B arbuda, Bahamas, Cabo Verde, Belice, Dominica, Emiratos Árabes  Unidos y Luxemburgo fueron los destinos incluidos  en esos vuelos. El 50 por  ciento de esos desplazamientos fue realizado  por los minis tros de Relaciones Exteriores y de Finanzas.
 
El excanciller Patiño realizó ocho  viajes cuyas rutas incluyeron paraísos  fiscales entre 2012 y 2015. Permaneció en dichos destinos entre 45 minutos y 21 horas.
 
El Ministro de Finanzas, entre 2016  y 2017, realizó cinco viajes a estos destinos. En tres de ellos iba como pasajero  el gerente general de Petroecuador en  funciones. Los viajeros permanecieron  entre 8 horas y 5 días en estos paraísos  fiscales: Emiratos Árabes Unidos–Dubai; Luxemburgo; Barbados-Bridgetown y Bahamas.
 
Un botón de muestra: el 28 de noviembre de 2016, el entonces  ministro de Finanzas, Fausto Herrera; y  el gerente general de Petroecuador a la  época, Carlos Pareja Yannuzzelli, viajaron hacia Buenos Aires (permaneciendo  un día y medio); Natal (Sudáfrica, dos  horas); Bangkok (dos días y 17 horas);  Dubai (un día y 16 horas); Doha Qatar  (11 horas); Dubai (un día con 19 horas);  París (50 minutos); Newark (dos horas y  media); Mcguire–Burlington (12 horas);  Newark (dos horas) para volver a Quito.
 
Por esos días, precisamente, se difundían notas de prensa sobre las inconsistencias en las declaraciones juramentadas  de bienes de Pareja Yannuzzelli: los auditores de Contraloría habían reparado que  en el Capital Bank de Panamá existía una  cuenta a nombre de la firma beneficiaria  Capaya. Si bien se justificaron, en forma extemporánea, los motivos de  los viajes, no se cumplieron requisitos, entre ellos, contar  con la autorización de la  Secretaría General de la Presidencia.
 
Más aún, en el caso de 12 de los  viajes hacia paraísos fiscales, “No se  obtuvo evidencia de los pesos exactos  del equipaje y la carga de los pasajeros”.  Esto, a pesar de que la normativa vigente desde 2010 obliga a la tripulación a  elaborar un manifiesto de carga antes  de cada despegue. Según un instructivo de 2014, cada miembro VIP tiene  permitido transportar hasta 40 kilos  de equipaje. No hubo manera de saber cuánta  carga llevaba cada pasajero.
 
'Romeo Charlie' a bordo
‘Romeo Charlie’ corresponde, en el lenguaje radiofónico, a las siglas de Rafael  Correa. El canciller que más tiempo estuvo frente a Relaciones Exteriores fue  ‘Romeo Papa’, Ricardo Patiño.
 
Para su transportación aérea, el expresidente contó con dos naves específicas: el avión ejecutivo Embraer Legacy  600, con matrícula FAE 051; y el Falcon  7X, matrícula FAE 052. Ambas naves,
destinadas a las autoridades gubernamentales, están a cargo del Grupo de  Transporte Aéreo Especial, GTAE.
 
Entre el primero de enero de 2012  y el 24 de mayo de 2017, se realizaron  261 vuelos internacionales y 2.372 nacionales. Del total de internacionales,  214 utilizaron las dos naves. Pero se  emplearon además los aviones de Petroamazonas, TAME y la FAE.
 
‘Romeo Charlie’ fue el viajero estrella  en el 29,4 por ciento de desplazamientos.  El 70,5 por ciento de los vuelos transportó a otras autoridades. El ‘rey de los viajes’ fue el canciller ‘Romeo Papa’ (con el  33,64 por ciento, viajó más que el mismo  presidente); el vicepresidente captó el 16,82  por ciento de viajes y los  ministros, los restantes  desplazamientos.
 
Sin embargo, buena  parte de esos vuelos no  tuvo autorización de  Presidencia, por lo que  se desconoce si el objetivo fue cumplir con  actividades oficiales. Esto  originó un costo de 13,5  millones de dólares para el  Estado.
 
“58 vuelos en aviones  presidenciales en las naves  FAE 051 y FAE 052, y 24 en  las naves de TAME no tuvieron requerimiento ni autorización de la Presidencia  de la República. Las órdenes  de vuelo señalaron que la misión era  ‘transporte de diferentes autoridades’  sin precisar ninguna otra información.  Un total de 12 vuelos presidenciales a  cargo de la nave de Petroamazonas no  contaron con manifiestos de pasajeros en  todas sus rutas”.
 
Vuelos a cargo de Petroamazonas  fueron considerados “de cortesía”, con  listas de pasajeros sujetas a un protocolo  de confidencialidad. 
 
¿Más novedades al vuelo? En 15 viajes  al exterior viajaron personas invitadas “por  el Presidente de la República”. En ciertos  viajes se usaron varias naves, simultáneamente. En 22 de los desplazamientos se  beneficiaron funcionarios extranjeros: ministros de Uruguay, oficiales del servicio  exterior de la República de San Vicente y  las Granadinas; ministros de la Seguridad  de El Vaticano; senadores de Granada,  ministros de Guyana, Antigua Barbuda,  autoridades de Surinam.
 
Lo más extraño es el viaje fantasma hacia Río de Janeiro. El 22 de junio de 2012  partió a las 11h47 el Legacy hacia esa ciudad  brasileña, donde se desarrollaba la Cumbre  Río +20. El retorno se produjo el 23 de junio  a la 01h59. Sin embargo, no hubo pasajeros  en los trayectos de ida ni de vuelta. Paradójicamente la Cumbre reunía a líderes para  reflexionar sobre el desarrollo sostenible del  planeta. El vuelo costó casi 33 mil dólares al  Estado pero no tuvo ocupantes. Fue ordenado por el entonces canciller, Romeo Papa:  Ricardo Patiño, según los documentos.
 
Mientras duró la bonanza del petróleo,  muchas autoridades actuaron con el desprendimiento de los nuevos ricos. Con la  diferencia de que los recursos que dispendiaban eran del Estado. Ahora, la cuenta la  pagamos los ecuatorianos.
 
'Romeo Charlie se defiende'
 
“Ya viene la nueva canallada y cortina de humo: los aviones presidenciales. Contraloría está armando el muñeco de supuestos viajes a ‘paraísos fiscales’ (ej.: ¡Guyana!) sin lista completa de pasajeros ni ‘peso exacto’ del equipaje. Realmente ya no saben qué  inventar”, escribió el exmandatario en  Twitter, advertido sobre la auditoría a  cargo del ente de control.
 
A fines de noviembre de 2018,  a través de su procurador judicial,  Correa dijo que no le correspondía  estar al tanto de las autorizaciones  para el decolaje de los aviones presidenciales.
 
Como su defensa se escribió posiblemente al apuro, dejó sentado que en los casos en que “No existirá solicitud de viaje” se debe  tratar de un error, ya que los viajes  se realizaron en función de los intereses del país.
 
¿Y dónde está el piloto? Un comandante de nave, a inicios de diciembre de 2018, explicó que en un  vuelo Quito–Trinidad y Tobago–Quito, del 7 de julio de 2014, se embarcó  una delegación de ese país en visita  oficial. En el vuelo de ida fueron dos  personas, y en el retorno volvieron  10, de los cuales ocho eran autoridades extranjeras.
 
“Mi deber era cumplir la orden  de vuelo, un comandante no tiene la  potestad para usar la nave a discreción”, señaló el tripulante.

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