Sarah Katz, la joven que murió tras beber una limonada con más cafeína que una lata de Red Bull y otra de Monster combinadas
La joven de 21 años, identificada como Sarah Katz, tuvo un paro cardíaco horas después de de beber un vaso de "Limonada Cargada" de una tienda de la cadena Panera Bread, ubicada en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. El hecho ocurrió en septiembre del año pasado, pero su familia decidió interponer una demanda este lunes.
"Ella era muy atenta a lo que tenía que hacer para mantenerse a salvo", expresó a NBC Victoria Conroy, una amiga con quien compartía la habitación de su residencia en la Universidad de Pensilvania. "Les garantizo que si Sarah hubiera sabido cuánta cafeína contenía, nunca la habría tocado ni con un poste de diez pies", acotó.
En la demanda que fue presentada ante el Tribunal de Apelaciones Comunes de Filadelfia se consideró que la "Limonada Cargada" de Panera Bread era una "peligrosa bebida energética", que era vendida sin que se informe de manera apropiada a sus consumidores que contenía 390 miligramos de cafeína.
“Nos entristeció mucho enterarnos esta mañana del trágico fallecimiento de Sarah Katz. Nuestros corazones están con su familia. En Panera, creemos firmemente en la transparencia en torno a nuestros ingredientes. Trabajaremos rápidamente para investigar a fondo este asunto”, comunicó un portavoz de la cadena comercial después de que se dio a conocer el caso.
En la demanda por muerte debido a negligencia se adjuntaron fotografías del menú de los dispensadores de bebidas del local. Con base a estas se detalló que la limonada se “ofreció junto con todas las bebidas sin cafeína y/o con menos cafeína de Panera” y se anunció como una bebida “limpia y a base de plantas” que contenía tanta cafeína como el café tostado oscuro del restaurante, lo cual es falso.
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Cuando tenía cinco años, a Katz le diagnosticaron el síndrome del QT largo. La Asociación Estadounidense del Corazón describe esta enfermedad como un trastorno del sistema eléctrico del corazón que puede causar ritmos cardíacos anormales como resultado del ejercicio o el estrés.
“Nos la arrebataron tan pronto y no debería haberlo hecho”, dijo Conroy. “Ella tenía mucho más para dar”, acotó con suma tristeza.
