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20 países permiten a violadores casarse con sus víctimas, incluso si son niñas

viernes, 16 abril 2021 - 01:03
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Nadie mas que las personas que han sido víctimas de violación sabe todo el dolor que vivir una situación de este tipo puede ocasionar. En la mayoría de países este es un crimen penado con prisión y dependiendo de cada lugar, puede extenderse hasta alcanzar un gran periodo de tiempo.

Sin embargo, según el informe anual de la ONU y el UNFPA, existe un puñado de naciones (20 en total) que permiten la anulación de la condena por violación si el agresor se casa con la víctima. Esta ley, además, contempla la posibilidad de matrimonio entre mayores y menores de edad.

Rusia, Tailanda y Venezuela son algunos de los Estados que lo permiten.

Para la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Natalia Kanem, este tipo de leyes son profundamente erróneas, y una forma de someter a las mujeres a la voluntad de alguien más.

"No nos podemos escudar en una ley para negar derechos. Las leyes de 'Cásate con tu violador’ le delegan el peso de la culpa a la víctima e intentan suavizar una situación que es penal" indicó la experta.

En el país arábigo de Kuwait también se permite que el violador se case legalmente con su víctima, si lo autoriza el tutor de la mujer.

En Rusia, el agresor puede evitar la condena a través del matrimonio, si es mayor de edad y ha violado a una menor de 16 años.

Y en Tailandia, se puede llegar a un acuerdo matrimonial tras una violación, si el criminal tiene más de 18 años y la víctima tiene más de 15 años, ella "consintió" el crimen y el tribunal otorga el permiso.

De acuerdo con la directora de la oficina de la región de Oriente Medio y África de Igualdad Ya, Dima Dabbous, la ley ‘Cásate con tu violador’ es una perspectiva tribal y obsoleta, en la cual se mezcla la sexualidad con el honor de una mujer y de su familia.

“(Esta ley) es un reflejo de una cultura que no piensa que las mujeres deban tener autonomía corporal y que las considera como una propiedad de la familia" señaló.

Sin embargo, expresó que, si bien es muy difícil cambiar estas leyes, no es imposible.

En Marruecos la norma se derogó tras una ola de indignación y protestas, producto del suicido de una joven mujer que fue obligada a casarse con su violador. Otros países del medio oriente como Jordania, Palestina, Líbano y Túnez también cambiaron sus leyes poco después.

No obstante, las leyes y prácticas de matrimonio que someten a las mujeres todavía están muy presentes en el mundo, según el UNFPA. 43 países aún carecen de normas que sancionen la violación conyugal y otras formas de subyugar a las mujeres, niñas, personas con discapacidades y a las personas con orientaciones sexuales diversas.

La imposibilidad de tomar decisiones sobre el cuerpo propio es una de ellas. En 57 países, el 45% de las mujeres no tienen derecho a decidir sobre utilizar anticonceptivos, aceptar o rechazar tener relaciones sexuales con su pareja o recibir atención médica.

En Malí, Níger y Senegal, menos de una de cada diez mujeres toma sus propias decisiones sobre cuestiones de salud física y sexual.

"Debería escandalizarnos a todos el hecho de que casi la mitad de las mujeres todavía no puede tomar sus propias decisiones sobre si tener o no relaciones sexuales, utilizar anticonceptivos o recibir atención médica. Básicamente, cientos de millones de mujeres y niñas no son dueñas de su propio cuerpo. Sus vidas están bajo el control de otras personas", dijo Kanem.

En más de 30 países se limita la libertad de las mujeres fuera del hogar, y las niñas y los niños con discapacidad quedan aún más expuestos, porque tienen casi tres veces más posibilidades de ser sometidos a violencia sexual.

Según el informe del UNFPA y la Unicef, la educación es la herramienta fundamental para mejorar la autonomía corporal. Ambos organismos asimismo piden que las leyes que coartan los derechos humanos de los niños y mujeres sean modificadas y que se trabaje en reformas sociales para la igualdad de género.

Kanem aseveró que la negación de la autonomía corporal “Se trata nada menos que de la devastación del espíritu, y debemos ponerle freno".

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