Niños entre escombros: los desafíos educativos en Gaza
Tras seis meses de conflicto entre Israel y Hamás, cientos de escuelas en Gaza han sido destruidas o convertidas en refugios, a causa de esto: 625 mil niños no han tenido clases en seis meses. Ante esta crisis, una directora de escuela en Rafah ha erigido una tienda de lona para enseñar a los niños refugiados, aunque enfrentan dificultades con la falta de material escolar.
"Iniciativas como esta nos ayudan a sobrellevar el trauma", expresa Hiba Halaweh, maestra en la improvisada escuela. "Los niños están contentos de volver a la escuela, pero tienen muchas dificultades, empezando por la falta de cuadernos y bolígrafos", añade con preocupación.
Según datos recopilados por Unicef, un 67% de los 563 establecimientos educativos de Gaza sufrieron bombardeos y un 82,5% resultaron dañados. Además, la ofensiva de represalia israelí ha dejado más de 33 mil muertos en Gaza, de los cuales 14 mil son niños, según el Ministerio de Sanidad de este territorio controlado por Hamás.
Jonathan Crickx, portavoz de Unicef en los Territorios Palestinos, destaca la importancia de estas iniciativas para la salud mental de los niños: "Permiten sobre todo a los niños gestionar un poco el trauma".
Majd Halawa, un adolescente refugiado en Canadá, comparte su experiencia: "Dos semanas después del inicio de la guerra, las tropas israelíes nos dieron 'tres minutos' para dejar nuestra casa en Ciudad de Gaza, que luego quedó destruida por un bombardeo". Majd, que abandonó sus estudios para sobrevivir, reflexiona: "Para aprender, necesitas estar en un lugar seguro".
Audrey McMahon, psiquiatra infantil que trabajó en Gaza para Médicos sin Fronteras, advierte sobre las secuelas psicológicas en los niños: "Anticipamos importantes dificultades de concentración y sentimientos de cólera o de injusticia". Además, subraya los efectos de la malnutrición en el desarrollo cerebral de los más pequeños.
La catástrofe humanitaria en Gaza refleja un patrón global en lugares afectados por conflictos como Irak, miles de niños continúan sin acceso a la educación años después del fin de las hostilidades. La memoria del conflicto persiste en las mentes de estos niños, dejando cicatrices indelebles en una generación entera.
