El pasado 11 de mayo, un joven de 19 años protagonizó un tiroteo en una escuela de la ciudad de Kazán, Rusia. El hecho dejó nueve personas muertas y 20 heridas de bala, fracturas y hematomas. Gracias a los videos grabados por las cámaras de seguridad, se identificó al tirador como Ilnaz Galyaviev, un exestudiante del plantel educativo.
Galyaviev afirmó que creía que era Dios y que su deber era deshacerse de la ‘biobasura’, término con el que hacía referencia a la vida humana. Además, las autoridades confirmaron que antes del tiroteo el joven informó a través de un canal de Telegram que iba a matar a un gran número de personas y terminar con su propia vida. Sin embargo, fue detenido antes de suicidarse.
De acuerdo a la BBC, el ataque comenzó alrededor de las 09:20 hora local y la primera señal de un botón de pánico en la escuela se envió cinco minutos después. Las autoridades del colegio cerraron las puertas, por lo que algunos chicos decidieron saltar por las ventanas. Más tarde, se confirmó que la muerte de siete niños (cuatro niños y tres niñas) de aproximadamente 15 años, así como de una maestra y una trabajadora escolar.
Por su parte, Galyaviev declaró en un interrogatorio tras su detención que: "Me di cuenta de que soy Dios. Solo me di cuenta de esto hace dos meses, no de inmediato. Entonces un monstruo comenzó a despertar en mí. Empecé a odiar a todos. Siempre he odiado a todos. Empecé a odiar aún más".
Galyaviev indicó que no debería haber seres vivos en el mundo y que la vida era un "error del universo". De acuerdo con una fuente administrativa del colegio donde ocurrió el tiroteo, Galyaviev se graduó en esta misma escuela hace cuatro años. Durante su estancia habría demostrado ser un estudiante tranquilo, ordenado y respetuoso con sus compañeros y profesores.
Tras graduarse del plantel, ingresó en una universidad de la misma ciudad, pero fue expulsado en el mes de abril. Los representantes del centro educativo dijeron que desde diciembre se encontraba realizando prácticas educativas y de producción, sin embargo, a partir de enero dejó de asistir y cortó el contacto con el tutor de su grupo. Después, no se presentó a la defensa de la práctica laboral y los tres exámenes estatales, por lo que decidieron expulsarlo.
Medios locales recogieron que dos semanas después de la expulsión, el tirador recibió un permiso oficial para portar armas de fuego. A partir del tiroteo el presidente de Rusia, Vladimir Putin, encargó a la Guardia Nacional endurecer las reglas de tenencia de armas de fuego "teniendo en cuenta el tipo de arma que usó el tirador".
"Confirmamos la información de que el detenido legalmente poseía un arma. Se ha emitido de acuerdo con la legislación vigente", según ha comentado un representante de la Guardia Nacional de Rusia.
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