A partir del 28 de junio de 2025, todos los cajeros automáticos en España deberán cumplir con nuevos estándares de accesibilidad establecidos por la Ley 11/2023. Esta normativa, que transpone a la legislación española los requisitos europeos de accesibilidad para productos y servicios, marca un hito en la lucha por la igualdad y la inclusión de personas con discapacidad dentro del sistema financiero.
La reforma no se limita a facilitar el acceso a cajeros para personas con discapacidad visual, física o intelectual, sino que redefine la experiencia bancaria para todos los usuarios, incluidos adultos mayores y personas con baja alfabetización digital. Las principales novedades incluyen pantallas de mayor tamaño y contraste, audioguías, instrucciones por voz, interfaces táctiles simplificadas, botones con relieve y la posibilidad de conectar auriculares para una navegación personalizada.
Además de la tecnología, la norma exige que los bancos formen a sus empleados para detectar necesidades específicas y brindar apoyo adecuado a cada usuario. Esta transformación se alinea con compromisos internacionales como la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Estrategia Europea de Discapacidad 2021-2030.
La implementación será progresiva. Todos los nuevos cajeros que se instalen a partir del 28 de junio deberán ser accesibles desde el primer día, mientras que los cajeros existentes tendrán hasta el 29 de junio de 2030 para adaptarse, siempre que hayan sido instalados antes de la fecha de entrada en vigor. El coste estimado de adaptación por unidad oscila entre 1.500 y 3.000 euros (1.713 y 3.427 dólares aproximadamente)
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Para facilitar la transición, algunas entidades financieras han comenzado a ofrecer mapas interactivos en sus plataformas digitales que permiten ubicar cajeros ya adaptados, además de brindar demostraciones y asistencia personalizada en sus oficinas.