Sale a la luz la confesión del médico ecuatoriano, Christian G., quien es procesado en Chile por la muerte del farmacéutico, Francisco Albornoz. El galeno reveló detalles de la desaparición del cuerpo de la víctima y por qué decidió comparecer ante la justicia.
Francisco Albornoz fue visto por última vez saliendo de su departamento en el centro de Santiago el 23 de mayo. Desde entonces, permanecía desaparecido.
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Sin embargo, la semana pasada, el caso dio un giro inesperado luego de que Christian G. informó que el cuerpo del joven estaba cerca del río Tinguiririca, en la región de O’Higgins, una zona de difícil acceso.
Medios locales reportan que Albornoz habría organizado un encuentro con el médico ecuatoriano y un chef chileno, identificado como José B., a través de una aplicación de citas.
Los tres hombres estuvieron en un departamento, donde habrían consumido sustancias ilícitas, pero el farmacéutico convulsionó sobre una cama.
“Le dije a Kai (José B.) que llamara a la ambulancia, pero decía que no debía él estar acá. Yo le insistí que llamara a la ambulancia”, aseguró el ecuatoriano, quien posteriormente, trasladó el cuerpo junto al chef.
En el transcurso del camino para ocultar el cuerpo, Christian G. narró que paró en una tienda para comprar dos bebidas de Coca Cola y unas papas fritas que vienen en un envase de tubo.
No obstante, el chef José B. habría ideado una estrategia para borrar evidencias. “Recuerdo que me estacioné donde están los surtidores de combustible y en ese momento Kai me dijo que necesitaba una roca. No me dijo para qué era la roca, pero yo supuse que era para romper el celular de Francisco”, apuntó el compatriota, según cita el programa Contigo en la mañana.
Después, Christian G. continuó manejando su auto hacia el sur, y en trayecto, José B. habría quedado el celular de la víctima con el tubo de papas fritas.
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En su declaración ante la Fiscalía, Christian G. indicó que el 27 de mayo, cuatro días después de la desaparición del farmacéutico, vio en redes sociales que la familia del joven lo estaba buscando. Entonces, sintió culpa y empezó a contemplar la idea de confesar todo lo que había pasado.
“No entendía lo que había pasado... lo que hice fue ocultarlo, porque yo no le hice nada a Francisco”, aseguró el ecuatoriano, según cita Contigo en la mañana.
Agregó que el chef José B. lo llamó para que se reunieran, pero él se negó y prefirió ir a la Fiscalía a contarlo todo.
Tanto el ecuatoriano como el chef chileno permanecen retenidos por la muerte del joven farmacéutico. Mientras tanto, la familia de la víctima pide justicia. Un caso que sigue conmocionando a Chile.