Riobamba.- El español Juan José Padilla abrió la puerta grande de la
Feria Taurina "Señor del Buen Suceso" de Riobamba, luego de cortar dos orejas en sus dos faenas en la última tarde de feria.
En la arena de la
Plaza de Toros "Raúl Dávalos" actuaron los toreros hispanos Padilla y Juan Serrano "Finito de Córdoba" junto al ecuatoriano Guillermo Albán, en una tarde con un encierro bien presentado de la ganadería Campo Bravo y dos toros con poca presencia de El Pinar.
El toro de nombre "Arrogante", de la Ganadería Campo Bravo, con 458 kilos, fue el primero de la tarde para Finito de Córdoba.
La firmeza, elegancia y seguridad, que demostró en su primer astado, no logró consolidar en su segundo de la tarde con una res de El Pinar, con 430 kilos.
El jerezano
Padilla, conocido como el pirata por su parche en el ojo que lo perdió a causa de una cornada, estuvo lucido en su primero de la tarde de nombre Eclipse, con 446 kilos, al que lo recibió con una larga cambiada y una tanda de verónicas y chicuelinas jaleadas por la afición.
La autoridad concedió la vuelta al ruedo al toro y Padilla paseó en el ruedo con un pañuelo, que le entregó un aficionado, con los colores de la bandera de Ecuador.
A su segundo de la tarde, de nombre Topacio, con 480 kilos de la ganadería El Pinar. Un toro incierto y brusco al que logró sacar una faena y demostrar los motivos de su sobrenombre de "ciclón de Jerez" y su posición en el primer puesto del escalafón taurino.
Tras los dos toreros hispanos actuó el ecuatoriano Albán que en su primer astado, de 460 kilos de la Ganadería Campo Bravo, lo recibió con una larga cambiada y con suavidad y elegancia logró una tanda de verónicas y lopecinas.
En su segundo toro, de nombre Fandango, de 488 kilos de la misma ganadería que su primero, apenas logró terminar una tanda de muletazos con una res que no colaboró y lo despachó en una certera estocada.
La última corrida de feria concluyó con Padilla como triunfador de la misma y con la promesa del jerezano de volver a torear en la ciudad de Riobamba.
Durante la última tarde,
una veintena de personas opuestas a la fiesta brava protestaron en las afueras del coso sin causar desmanes ni altercados.
Pese a ello,
Padilla dijo que se siente "satisfecho" con la respuesta del público en un país "en el que desgraciadamente están viendo muchos ataques de antitaurinos y políticos".
Precisamente luego de cortar una oreja a su primer astado en la última tarde de feria, paseó en el ruedo con un pañuelo con los colores de Ecuador y un letrero que rezaba
"Vuelve los toros a Quito", en apoyo a que se retome la Feria "Jesús del Gran Poder".
Esa feria, considerada como una de las mejores de América, dejó de realizarse luego de que en una consulta popular se prohibiese dar muerte al toro en los ruedos.
Esa decisión "nos crea una impotencia y un dolor fuerte, porque están haciendo daño a una cultura que está forjada a través de los años y con la que existe un animal único y exclusivo para ello. Eso sentimos los taurinos, que es una decepción total y además están coartando la libertad", dijo Padilla.
"Finito de Cordóba" prefirió no hacer comparaciones con la feria de Quito porque lo importante, dijo, es lograr "que la fiesta siga viva en el país y hay que partir de esa base para que la gente sienta y ame nuestra fiesta".