Su casa no tiene que ser un sauna cuando sube la temperatura. Refrescar espacios es posible, incluso, sin usar aires acondicionados.
Vivir en un país tropical conlleva una búsqueda constante de alternativas para mitigar el calor. Sobre todo durante el invierno, la búsqueda se hace urgente, especialmente cuando –como en este año– las temperaturas de ciudades como Guayaquil han llegado a los 39 grados centígrados.
Ante la necesidad de pelear contra el calor se han desarrollado alternativas recomendadas por arquitectos, gobiernos y científicos, que enfocan su atención en soluciones sostenibles que dejen de lado al aire acondicionado. Las opciones para aplacar la intensidad del calor van desde cambios en la estructura de una casa y la elección de vegetación que la rodea, hasta la utilización de paneles y lagunas artificiales para repeler los rayos del Sol.
Los materiales y la forma en la que está construida una vivienda tienen un efecto directo en el calor que se llega a sentir dentro de ella. Un estudio sobre técnicas de enfriamiento en hogares del sudeste asiático desarrollado por académicos de la Universidad de Ciencias de Malasia explica que el 70 por ciento del calor que se siente en una casa entra por el techo. Las tejas de arcilla, concreto o los techos metálicos permiten una alta transmisión de calor, generando un efecto de sauna dentro de las viviendas. Evitar el ingreso del calor es clave, porque luego de entrar es absorbido por las paredes de ladrillo, que después lo expulsan durante horas. De tal manera que, aún cuando el sol baja su intensidad en el exterior, el ambiente dentro de la casa se puede mantener caliente.
La correcta ubicación de las ventanas permite que el aire fluya en
los ambientes y favorece la eficacia de los ventiladores.
Grupos de arquitectos recomiendan que se consideren opciones para mitigar el calor desde antes de construir una vivienda. Publicaciones especializadas como la revista estadounidense Investigación y Diseño sugieren evaluar el lugar donde se va a asentar el edificio, su temperatura regular, exposición al sol, entre otros aspectos. Con esos datos se puede pensar desde antes de la construcción en direccionar la edificación lejos de una intensa exposición solar, pensar en alternativas de techos, paredes y ventanas. La publicación remarca la importancia de la vegetación que rodea las edificaciones: los árboles aportan con sombra y la evaporación de agua que se desarrolla en ellos también ayuda a que el ambiente se enfríe, creando un microclima.
La carencia de ventilación natural eficiente es una de las principales razones por las que el calor se acumula dentro de las viviendas en ciudades ecuatorianas, explica Juan Jaramillo, arquitecto guayaquileño especializado en el Colegio Universitario de Londres. Esto se da particularmente por la falta de entradas y salidas de ventilación (ventanas) o la mala orientación de las mismas, añade, además de la falta de protección (sombra) en fachadas donde la incidencia solar afecta directamente.
Producir sombra que proteja su fachada puede reducir
el calor dentro de la vivienda. Esto se puede lograr
mediante elementos naturales como los árboles.
Gran parte del trabajo para tener una casa fresca se puede hacer antes de construirla, argumenta Jaramillo. Por ejemplo, en la etapa de diseño se puede tomar en cuenta la altura de los techos (evitar que se acumule el aire caliente entre el cielo raso y el techo) y la orientación de la vivienda para que haya ventilación cruzada (entradas y salidas de aire). Asimismo, es necesario producir sombra que proteja las fachadas de la casa, ya sea con elementos naturales como árboles o aleros en las cubiertas, y el uso de protectores exteriores para las ventanas, de manera que el sol no dé directo en ellas.
El arquitecto ecuatoriano agrega que aplicar estos criterios en casas ya construidas puede parecer caro, porque significaría una inversión adicional, pero recuerda que la compra de sistemas de climatización representa un desembolso a corto y a largo plazo por el consumo de energía. Mientras que estos criterios pasivos, finaliza Jaramillo, pueden ayudar a reducir ese consumo y mejorar la sensación térmica en la vivienda.
El gobierno de Australia desarrolló un manual de recomendaciones para mitigar el calor en hogares sin tomar en cuenta el aire acondicionado. A pesar de la distancia de los países, las sugerencias también aplican para la situación tropical ecuatoriana.
MOVIMIENTO DE AIRE
Dejar que el aire fluya en una habitación es la recomendación más repetida por especialistas. Esto tiene que ver con la ubicación correcta de las ventanas: el aire tiene que entrar y salir de la habitación para generar una rotación del aire caliente. Esto, incluso, favorece la eficacia de aparatos como los ventiladores. Según información del gobierno australiano, una corriente de aire que fluye a 0,5 metros por segundo puede significar una caída de tres grados en la sensación térmica en ambientes donde la humedad es del 50 por ciento.
ENFRIAMIENTO POR EVAPORACIÓN
Cuando el agua se evapora extrae grandes cantidades de calor del aire circundante. Piscinas, estanques y fuentes de agua inmediatamente próximas a las ventanas, o en los patios, pueden refrescar el aire que ingresa en la casa. Juegos de agua ubicados cuidadosamente pueden crear brisas internas. Fuentes, aerosoles de bruma y cascadas también son capaces de aumentar las tasas de evaporación en la vivienda.
La evaporación del agua refresca el aire circundante. Los espacios con
fuentes colocadas estratégicamente pueden ayudar a combatir el calor.
AISLAMIENTO
Se puede colocar un material entre el techo y el cielo raso para evitar que las viviendas ganen calor. Los dos métodos más conocidos implican la colocación de material aislante por capas. Con esto se crean bolsillos de aire atrapado dentro de la estructura. Su resistencia térmica es la misma independientemente de la dirección del flujo de calor. Para este tipo de aislamiento se usan materiales como lana de vidrio, lana, fibra de celulosa y poliéster.
Otra forma de implementar este sistema es mediante el aislamiento por reflejo. Este método se basa en la presencia de una capa de aire de al menos 25 milímetros al lado de una superficie brillante, ubicada jus to debajo del techo. Este aislamiento usa generalmente una lámina de aluminio brillante laminada sobre papel o plástico.
TECHOS VERDES
Los techos verdes, también llamados “ecotechos”, son techos cubiertos con plantas en su capa final. Según un estudio conjunto de la Universidad Politécnica de California y la Universidad Ryerson de Canadá, los beneficios se resumen en que el suelo actúa como un absorbente del calor y no deja que pase a la edificación.
El follaje, además, genera sombra y las capas de suelo y vegetativas inducen evaporación, generando un enfriamiento natural. Los académicos responsables de la investigación agregan que los techos verdes reflejan entre 20 y 30 por ciento de la radiación solar, y absorben hasta un 60 por ciento de la misma a través de la fotosíntesis, mientras que un porcentaje por debajo del 20 por ciento del calor se transmite al medio de cultivo.