El 31 de mayo de cada año, la comunidad mundial conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha que tiene como objetivo concienciar a la población sobre los efectos nocivos del tabaco en la salud de las personas y en las economías, los gastos exorbitantes que genera al sistema de salud y las afectaciones que provoca en el ambiente.
De acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaquismo mata a 7 millones de personas anualmente y es responsable del 22% de las muertes por cáncer. La afectación principal es el cáncer de pulmón, que provoca más de un millón de muertes por año.
Fumar también causa cáncer bucal, de garganta, nariz, esófago, además de otros padecimientos como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Por esta razón, este año la campaña se centrará en la afectación pulmonar que el tabaquismo provoca en la salud de las personas.
En Ecuador, según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP), cada día mueren 21 personas por enfermedades relacionadas al consumo de tabaco. Esto representa el 13,4% de todas las muertes registradas en el país.
A pesar de que se conocen los daños para la salud que provoca el tabaco y de la disponibilidad de soluciones para reducir la morbimortalidad que ocasiona, amplios sectores de la población desconocen sus efectos. Este desconocimiento ha provocado que se generen algunos mitos alrededor del tema.
1. Fumar un cigarrillo es relajante y alivia el estrés.
El tabaco no tiene propiedades relajantes, debido a que es un estimulante. La aparente sensación de “alivio” que se siente al fumar un cigarrillo se debe a la supresión de los síntomas de abstinencia producidos por la falta de nicotina en el cerebro.
2. Los cigarrillos bajos en nicotina no hacen daño, no son cancerígenos.
Aunque los cigarrillos aparentemente bajos en nicotina y alquitrán son promovidos como menos nocivos por las tabacaleras, se suelen fumar en mayor cantidad para conseguir la misma concentración de nicotina en la sangre. En este sentido, se anulan sus supuestas ventajas y los riesgos se asemejan a los de los cigarrillos normales, además de provocar un mayor gasto a los consumidores que los compran más frecuentemente.
3. El tabaco contamina, pero más los coches y las fábricas, así que si podemos ser víctimas de la contaminación ambiental ¿por qué preocuparnos?
Según la OMS, el humo del tabaco es una forma muy peligrosa de contaminación del aire: contiene más de 7000 sustancias químicas, 69 de las cuales se sabe que causan cáncer. Además, está presente en una tercera parte de todos los cánceres diagnosticados, un porcentaje considerable para tener en cuenta sus riesgos. Por otra parte, el desecho de colillas y cigarrillos contamina el medioambiente.
4. Si se deja de fumar, se engorda siempre.
Este mito es utilizado con frecuencia para justificar no dejar de fumar. Es cierto que fumar conlleva un gasto calórico por sí mismo, y tras el abandono del tabaco puede producirse aumento de peso. La ansiedad por el síndrome de abstinencia contribuye al aumento de peso. Una alimentación adecuada y ejercicio son claves para tratar este problema.
5. El cigarrillo electrónico es una alternativa saludable para dejar de fumar
El uso del cigarrillo electrónico ha cobrado fuerza en los últimos tiempos entre los usuarios que quieren dejar de fumar y lo consideran como una alternativa menos nociva. Sin embargo, estos dispensadores de nicotina, también suponen importantes riesgos para la salud. Investigadores de la Escuela de Medicina de Nueva York, en 2018, llevaron a cabo un estudio y concluyeron que el cigarrillo electrónico puede provocar cáncer, enfermedades cardiovasculares y daños en el ADN de algunos órganos.
Ecuador, líder en políticas para reducir el consumo de tabaco
En 2015 fallecieron en nuestro país 5.074 personas y en 2016 la cifra creció a 6.517. El tabaquismo genera un costo directo anual de 478 millones de dólares, lo que equivale al 0,47% de todo el Producto Interno Bruto (PIB) del país y al 6,32% de todo el gasto público en salud anual.
Por esta razón, desde 1987 hasta la fecha actual, las campañas se han enfocado en abogar por políticas eficaces para reducir el consumo de tabaco y comprometer más intensamente a todas las instituciones que pueden jugar roles determinantes en las políticas públicas de control del tabaco.
Ecuador lidera en la región la implementación de estas políticas. Ecuador suscribió el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) el 22 de marzo de 2004 y lo ratificó el 25 de julio de 2006. Asimismo, el Pleno de la Asamblea Nacional aprobó el 11 de junio de 2015 la ratificación del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco, la cual fue oficialmente depositada el 15 de octubre de 2015 ante Naciones Unidas.
El Protocolo está vigente a nivel mundial desde el 25 de septiembre de 2018 y dispone que los países establecerán un sistema de seguimiento y localización de todos los productos de tabaco que se fabriquen o importen en su territorio, con el objetivo de controlar la cadena de comercialización, evitar la evasión de impuestos y combatir el contrabando.
Ecuador es reconocido internacionalmente por la OMS por las políticas que aplica para el control del tabaco, entre ellas las restricciones al consumo, la carga de impuestos y por proyectos como el SIMAR (Sistema de Identificación, Marcación, Autentificación y Rastreo) del Servicio de Rentas Internas (SRI), que permite fiscalizar el correcto pago de impuestos por parte de la industria del tabaco, prevenir la evasión y combatir el comercio ilícito. Por la implementación del SIMAR, el SRI recibió un premio de la OMS para el Día Mundial sin Tabaco en 2017.
Ecuador tiene ahora el desafío de extender la aplicación del SIMAR a los productos importados de tabaco, para mejorar e incrementar su capacidad de hacer frente al contrabando de productos de tabaco.