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César Montúfar revela su mapa de navegación de llegar a la Presidencia: "Represento la lucha contra un movimiento autoritario"

lunes, 23 noviembre 2020 - 06:05
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César Montúfar Mancheno revela cómo será su mapa de navegación de llegar a la Presidencia de la República. Su combate contra la corrupción es su carta de presentación, al igual que su faceta de académico.
 
 
Al momento de esta entrevista, ha  recorrido 430 kilómetros desde  Quito, en bicicleta. César Montúfar Mancheno, candidato presidencial por  la alianza Honestidad (listas 17-51) atiende a Vistazo desde Portoviejo.
 
Su vuelta por el país, explica, conlleva un mensaje de unidad y la voluntad de  presentar su plan de gobierno a distintos  sectores. “Nuestro recorrido lleva una voz  de esperanza, sentimos en la gente la necesidad de ser escuchada”.
 
Hace un mes cumplió 56 años. Su vida política empezó cuando tenía 13. En su  temprana juventud, el país volvió a la vida  democrática. “Me involucré en la participación, militando en las filas de la izquierda (Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR), desde que era estudiante de  colegio, pero puedo decir que mi pensamiento político evolucionó hacia el centro, me considero un liberal progresista”.
 
Salvo un pequeño paréntesis entre  2002 y 2005 cuando integró la organización de la sociedad civil Participación Ciudadana (PC), pionera en el monitoreo de  elecciones, su trayectoria política ha sido  una constante. Igual que su faceta académica. “Cuando llegue a la Presidencia de  la República, no dejaré de impartir clases”.
 
En sus recorridos, ¿qué busca transmitir como lo más importante dentro de su plan de gobierno?
Si el país sigue tomado, si la institucionalidad del Estado a nivel nacional y local,  sigue tomada por mafias, no tenemos posibilidad de salir de la crisis. La honestidad debe ser un valor principal, eso pasa  porque los ciudadanos tengamos conciencia de que la corrupción se institucionalizó; la lucha debe ir más allá de la denuncia, debe ir hacia el desmontaje de las  mafias. La vuelta al Ecuador transmite el  mensaje de la honestidad.
 
¿Cómo se propone enfrentar a las mafias?
El problema es mucho más grave de  lo que se suele pensar. Los transportistas pesados de una provincia hablaban  de las mafias enquistadas en todos los estamentos de las instituciones que tienen  que ver con tránsito. Ayer hablaba con  agricultores en Chone, vi su impotencia  porque las instituciones del sistema público del acceso a crédito están viciadas.  El problema pasó a una etapa diferente,  el sentido de lo público está perdido, secuestrado por los grupos delincuenciales.  Uno de los ejes del Plan de Gobierno es la  lucha contra la corrupción, que se asienta  en varios pilares.
 
¿Cuáles son estos pilares?
Primero el cambio legal porque el correísmo armó un sistema legal que promueve, encubre y genera un marco de  impunidad, eso pasa por reformas importantes a varios cuerpos y códigos. Un segundo pilar tiene que ver con ampliar la  capacidad del Estado para enfrentar los  casos de corrupción y para la recuperación de lo robado. Se requiere la Ley de Extinción de dominio, se debe aplicar la imprescriptibilidad de los delitos de acción  pública. Investigué ocho sentencias (cito las más conocidas, Capaya, Álex Bravo,  Glas) 150 millones deben recuperarse en  términos de reparación, solo se recuperaron 137 mil dólares. Si queremos extirpar  a las mafias debe investigarse sin dedicatorias. La lucha anticorrupción con dedicatoria se deslegitima.
 
¿A quién representa como candidato César Montúfar?
No creo que pueda responder eso, lo  que puedo decir es que no represento a un  banco, a la extrema derecha, al correísmo  o al movimiento indígena. Represento la  lucha contra un movimiento autoritario.  Mis banderas siempre han sido la democracia, los derechos, la necesidad de que  Ecuador tenga un proyecto nacional. Me  hice político con esas banderas. He luchado desde la total adversidad por esas  causas, nadie me puede señalar una  actitud chueca, sí he cometido equivocaciones. No sé si soy digno para  decir que represento esas causas.
 
Según el Barómetro de las Américas el ecuatoriano sería, en un 75 por ciento, un elector de centro-derecha. ¿Usted lo representa?
Soy un político de centro. Vengo de una izquierda  radical, he ido evolucionando, me he ido modelando. Me  considero un liberal progresista, un centro-progresista.  No soy un conservador. No  sé si los ecuatorianos voten  por tendencias ideológicas  aunque los políticos sí necesitamos ubicarnos, para saber para dónde se  dirige la vela de nuestra
barca, para dónde soplan  los vientos. Cuando un  político me dice que no  tiene ideología me parece  que es falso.
 
Lasso le dejó con los churos hechos en 2013, cuando hizo binomio con Juan Carlos Solines; y en 2018 cuando apostó por la candidatura de Juan Carlos Holguín para la Alcaldía de Quito. ¿Es su candidatura una vendetta?
(Se ríe). No tengo vendettas contra nadie. Trato de no mezclar la política con lo personal. Como anécdota le cuento, muchos representantes  del correísmo han sido mis alumnos.  Para ellos he tenido respeto y consideración. Compartimos con Lasso,  al formar Compromiso Ecuador, ese  afán de oponernos a la enmienda que  buscaba imponer Correa. Como se  anunció el día que lanzamos esa iniciativa, en 2014, no había un acuerdo  electoral. Conversamos en 2018 para las elecciones seccionales, hicimos  un acuerdo para participar juntos, ese  acuerdo lo perfeccionaron dos representantes, de CREO y Concertación.  Pero ese pacto no fue respetado por  Lasso, desde entonces no hablamos.
 
¿Es real que usted es el candidato de la banca serrana?
No tengo un solo aporte, ni una  sola conversación con ningún miembro accionista ni representante de  ese sector. Así como puedo decir que  la candidatura de Yaku es del movimiento indígena, la de Aráuz es la  candidatura de la delincuencia organizada. Hay una sola razón, busca  la impunidad del grupo que gobernó el Ecuador entre 2007 y 2017. Es  importante que en el país hagamos  una limpieza de la política, porque si  un grupo de delincuencia organizada  participa electoralmente eso lleva a  la degeneración completa. Hay candidaturas que buscan espacios de impunidad para continuar con negocios  mafiosos. Buscan inmunidad, que en  el fondo es impunidad.
 
En Vistazo, de agosto 6, se publicó el artículo “Intrusos populistas y chimbadores”. En él se esboza que su candidatura presidencial sería avalada por dos décadas de lucha anticorrupción. Y que usted sería un candidato outsider. ¿Qué dice usted, es un outsider?
Estoy fuera de la política convencional, no me forjé desde el poder, sino desde el contrapoder, desde la calle. No he  sido ministro, fui asambleísta por Concertación. Desde los 13 años tengo actividad  política, con la excepción del tiempo que  fui director de Participación Ciudadana.  Me preguntan qué profesión u ocupación  tengo y respondo que soy político. Cierto  que yo crecí en la década de los 80, cuando había un nivel de politización muy alto en el país, salíamos de una dictadura.
 
Cuando usted anuncia que va a demoler la Asamblea Nacional, ¿qué significa?
La Función Legislativa que creó la  Constitución de 2008 generó una máquina de corrupción que no cumple con  sus funciones principales, no hemos tenido un acto real de control político en la  Asamblea. El Legislativo tiene tres funciones principales: legislar, fiscalizar y ser el  espacio de los grandes debates nacionales,  independiente de la Función Ejecutiva.  No ha cumplido ninguno. Proponemos  demoler la Asamblea, convocar a consulta  popular, por la vía de la enmienda, invocando el artículo 441 de la Constitución. 
 
¿Cuál es el fin de todo esto?
Los legisladores no pueden ser parte de la burocracia, sino parte de la sociedad, no pueden tener sueldo; es un problema de concepto, deben recibir dietas.  Debemos ir a un Legislativo bicameral. Un  Senado con representación nacional que  designe a autoridades de control; un Parlamento de los ciudadanos que funcione  durante un período y deje a una comisión  permanente los temas que se resuelven en  el día a día. Hay que reducir el tamaño del  Legislativo. Si no se recupera estaremos  condenados al hiperpresidencialismo.
 
¿Usted plantea una nueva Constitución?
El Ecuador requiere una nueva Constitución, pero no vía Asamblea Constituyente. El cambio del Legislativo sería vía consulta popular, a través de una enmienda constitucional. El nuevo Legislativo debe asumir funciones, como las de participación y control social. La consulta la voy  a plantear apenas asuma la Presidencia,  porque debemos resolver el problema normativo e institucional. Esta nueva Constitución sin Asamblea Constituyente, pasa  por una reestructuración de la Asamblea.  De esta forma buscamos corregir el hiperpresidencialismo porque un presidente tan  concentrador del poder solo cabe en un estado decimonónico; una sociedad moderna no se puede gobernar de esta forma.
 
¿Cómo va a cumplir el aumento del IVA en dos puntos que se acordó con el Fondo Monetario?
No voy a subir el IVA, tampoco lo voy  a bajar como he escuchado decir a algún  candidato. La reforma tributaria debe ir  en otra dirección, los cambios deben revisar las exenciones al impuesto a la Renta  y al IVA. Los ecuatorianos hemos sido saqueados por la corrupción, es inmoral, es  indecente e inconcebible que nosotros paguemos por haber sido atracados. No es  justo que las víctimas del atraco sean quienes deban pagar el costo de la crisis.

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