Bodegas de fábricas sin ventanas, en el que alguna vez fuera el sombrío distrito de Wynwood en Miami, se convirtieron en lugares donde artistas, incluso internacionales, pintaron murales para llevar el arte callejero a nuevas alturas.
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Bodegas de fábricas sin ventanas, en el que alguna vez fuera el sombrío distrito de Wynwood en Miami, se convirtieron en lugares donde artistas, incluso internacionales, pintaron murales para llevar el arte callejero a nuevas alturas.
