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Política de cielos abiertos en Ecuador da sus primeros resultados

sábado, 21 octubre 2023 - 11:45
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“El mercado aéreo ecuatoriano ha mostrado una recuperación positiva pospandemia. A marzo de 2023, el tráfico doméstico se ubicaba cerca del 10 por ciento por encima de los niveles de marzo de 2019, mientras que el tráfico internacional se recuperaba alrededor del 83 por ciento versus el mismo período de 2019”, dijo Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA, durante el evento Aviation Day celebrado en junio pasado en Guayaquil.

El ingreso de dólares al país sostiene a nuestra economía y el turismo es una de las vías para lograrlo. En el Ecuador, al igual que en toda la región, el 90 por ciento del turismo llega y sale por vía aérea. Pero los pasajes siguen siendo caros y en buena medida debido a los costos adicionales que pasajeros y aerolíneas deben añadir.

Por ejemplo, solo por aterrizar en el país, un avión mediano (A-320) paga cerca de 1.200 dólares, mientras que, al mismo avión, en Perú le cobrarían apenas 500 y en Argentina menos de 300 dólares. A eso se suman las tasas por sobrevuelo y las tasas a la emisión de boletos que fueron creadas “para fomentar el turismo” en 2015 y 2016. Estas últimas fueron recientemente reducidas, mas no eliminadas.

Fue durante el evento de negociación de servicios aéreos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en Bogotá en diciembre de 2021, donde se terminó de negociar el acuerdo de cielos abiertos entre Estados Unidos y Ecuador. La firma demoró un poco más, recién el 16 de noviembre de 2022, la subsecretaria de Asuntos Políticos norteamericanos y el canciller ecuatoriano suscribieron el convenio.

En las tres décadas que lleva en vigencia la ley de cielos abiertos en los Estados Unidos, ese país ha suscrito más de 130 acuerdos de este tipo con otros tantos países del mundo. El convenio bilateral “posibilita la expansión de vuelos de pasajeros y carga y favorece un mayor volumen de viajes y de comercio que en última instancia generará oportunidades laborales de calidad y crecimiento económico”, reza un comunicado del gobierno norteamericano.

La entrada en vigor de este acuerdo está permitiendo que aerolíneas basadas en el Ecuador incrementen sus frecuencias y establezcan nuevos destinos a ciudades norteamericanas. Un ejemplo es Avianca Ecuador que volará desde fines de octubre directamente desde Quito a Orlando, en Florida. “Es un vuelo que lo veníamos siguiendo desde hace bastante tiempo y pues ya es una realidad... Este es el segundo destino que operamos en Estados Unidos de manera directa”, nos dice Juan Francisco Ortiz, country officer de Avianca.

“El haber firmado cielos abiertos con Estados Unidos nos permite tener una activación de estas rutas de una manera mucho más fácil, de forma directa. Es tener una libre circulación de vuelos, puedes poner los itinerarios que quieras, obviamente dependiendo de la demanda entre ambos países. Y la respuesta ha sido clara, hace nueve meses se firmó el convenio y en julio ya iniciamos operaciones amparadas en él”, añade el funcionario.

EL TRÁFICO SE REACTIVA

En el Ecuador operan 14 aerolíneas de pasajeros con 19 destinos internacionales y cuatro compañías que se dividen la operación doméstica en ocho aeropuertos. El sector genera 231.000 empleos directos e indirectos y constituye el tres por ciento del Producto Interno Bruto.

Según la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), en 2022, entre pasajeros nacionales e internacionales, se transportaron 6,6 millones de personas. La cifra está aún en 11 por ciento por debajo de los 7,5 millones movilizados en 2019, último año prepandémico. En un corte a marzo de 2023, hecho por IATA, se asegura que el mercado doméstico ya ha superado en 10 por ciento los niveles alcanzados en 2019. Esto se debe al incremento de frecuencias, especialmente a Galápagos. Otros destinos fortalecidos han sido Cuenca -al que se llega desde Quito y Guayaquil- y Francisco de Orellana (Coca) desde la capital.

El tráfico internacional todavía está por debajo de los niveles de 2019. En el corte a marzo de 2023 era un 17 por ciento menor a la prepandemia. Si bien hay rutas nuevas, hay algunas que se han dejado de operar. Por ejemplo, en febrero de 2020, American Airlines tenía un vuelo diario a Dallas y dos a Miami. El primero de los destinos continúa suspendido. Y otras como Tame que hacía cuatro vuelos semanales entre Guayaquil y Fort Lauderdale, cerraron sus puertas para siempre. También es difícil volver a ver en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo aviones de la venezolana Conviasa, de la mexicana Interjet o de la norteamericana Eastern.

Entre las nuevas rutas, la más promocionada fue Manta-Ciudad de Panamá que inició a fines de junio con dos frecuencias semanales y operada por la panameña Copa. Pero también se anuncian vuelos entre Guayaquil y Medellín o Cartagena en Colombia y 26 vuelos semanales entre Quito y Cancún en México. Estos últimos operados por Avianca y Viva Aerobus. República Dominicana, de la mano de Arajet, es otro de los noveles destinos. En resumen, las regulaciones, si bien no son las ideales, han mejorado significativamente en los últimos dos años, permitiendo una recuperación firme tras la pandemia.

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