Aumenta la tensión en la Revolución Ciudadana. Esta vez Rafael Correa responde a la carta enviada por cinco altos personajes del movimiento, quienes pidieron una “renovación profunda” de la organización política.
Como es costumbre, el expresidente escribió un mensaje en la red social X en el que hace una serie de cuestionamientos para Marcela Aguiñaga, Pabel Muñoz, Paola Pabón, Leonardo Orlando y Juan Cristóbal Lloret, quienes firmaron la polémica misiva.
En el documento, dirigido al líder máximo del movimiento, los dirigentes aseguraron que la Revolución Ciudadana atraviesa “un momento de profunda desconexión con el país” y criticaron al liderazgo que “ha perdido el rumbo, la escucha y la cohesión interna”.
Por su parte, Rafael Correa respondió: “¿Cuándo hemos dejado de tener «debate interno»?¿«Crisis»? ¿Porque nos robaron las elecciones o porque logran comprar 4 o 5 asambleístas? ¿No recuerdan toda la persecución, robo del partido, asesinato reputacional, etc.? Sobrevivir ya ha sido un éxito”.
Además, pidió no caer “en la contemporización y la tibieza” y aseguró que prefiere que el movimiento desaparezca antes de que se convierta en “un partido más”.
Finalmente, Correa expresó que le hubiese gustado que aquellas autoridades emitieran una carta similar en respaldo al alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, quien enfrenta un proceso por presunta comercialización ilegal de combustibles.
Marcela Aguiñaga, Pabel Muñoz, Paola Pabón, Leonardo Orlando y Juan Cristóbal Lloret argumentaron en la carta que no buscan fracturar al movimiento, sino reactivarlo y reconectar con su base social.
“Es hora de que la Revolución Ciudadana retome su esencia y se fortalezca desde sus cimientos. Porque permanecer dentro del movimiento no implica resignarse a la indiferencia, sino exigir, con lealtad y dignidad, un liderazgo que nos represente verdaderamente”
Además, pidieron a Correa que los reciba para conversar: “Estimamos necesario que nos conceda un espacio de diálogo con usted, siempre desde una actitud propositiva, constructiva y de mirar hacia delante”.
La carta concluye con una advertencia: “Porque disentir también es amar. Porque callar es traicionar. Y porque esta revolución, si quiere volver a ser de todos, tiene que volver a escuchar”.