El presidente brasileño Michel Temer realiza su visita oficial a Rusia, pero en medio de tensiones políticas y judiciales que lo tienen en la mira.
En un día, el mandatario conservador recibió tres golpes: la Policía Federal (PF) llegó a la conclusión de que incurrió en el delito de "corrupción pasiva", un juez rechazó su demanda por difamación contra un empresario que lo acusó de dirigir "la organización criminal más peligrosa del país" y una comisión senatorial votó contra su proyecto de reforma laboral.
Según un informe, divulgado este martes
por el Supremo Tribunal Federal (STF), existió una relación entre Temer y el diputado suspendido Rodrigo Rocha Loures, actualmente encarcelado. Rocha fue filmado transportando una maleta con 500.000 reales (unos 150.000 dólares) entregada por un ejecutivo del gigante de la agroalimentación JBS.
Rocha Loures también es señalado por JBS como la persona directamente designada por Temer para recibir sobornos.
El informe, adelantado la víspera por filtraciones de prensa, debe servir de base al fiscal general Rodrigo Janot para pedir formalmente el procesamiento del mandatario conservador.
Brasil vive desde hace tres años convulsionado por las ramificaciones de la Operación Lava Jato, que puso al descubierto una red de sobornos en la estatal Petrobras y llevó a la cárcel a decenas de empresarios y políticos de primer plano, de casi todos los partidos.
La crisis exacerbó las batallas en el seno del poder y la retórica empleada por los protagonistas de esas pugnas se basta a sí misma para definir el clima de tensión que impera en el gigante latinoamericano: "Guerra", "Estado policial", "organización criminal",...
La batalla principal se libra en torno a las sospechas investigadas por Janot de que Temer recibió sobornos y fue cómplice de la tentativa de comprar el silencio de un exdiputado encarcelado por corrupción.
Pese a la ebullición, Temer se atrevió a partir en una gira por Rusia y Noruega, sabiendo seguramente que cuenta aún con poderosos amigos, antiguos o circunstanciales.
Entre ellos, varios diputados tan amenazados como él, incluso de partidos de izquierda, que probablemente prefieran evitarle un juicio y orientar sus ataques contra supuestos excesos de la investigación sobre los sobornos en Petrobras.
La tapa de la última entrega del semanario Veja muestra a Temer a bordo de una canoa junto al senador suspendido Aecio Neves (un aliado) y a su archienemigo y predecesor de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).