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Dispersión política

jueves, 25 agosto 2022 - 16:05
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    La dispersión de fuerzas políticas hace que para las próximas elecciones seccionales se proyecten unos 90 mil candidatos, un 10 por ciento más que en 2019. En casi todas las ciudades más pobladas hay por lo menos cinco aspirantes a la Alcaldía. Rompe récords Quito con 12, le sigue Cuenca con 11 y Guayaquil con 12. Es igualmente alto el número de candidatos para las Prefecturas, pues van de la mano con las candidaturas a alcaldes. Con tan alta cantidad de candidatos es imposible lograr un debate serio sobre sus propuestas ni llegar a conocer cuán preparados están para administrar las ciudades o las provincias. Por esta razón, la comunicación con los electores parece haberse reducido a videos de TikTok o deslices difundidos en las redes sociales. No sorprende entonces ver que una candidata a la Prefectura se vista de mujer maravilla o que otro candidato haga gala de un machismo trasnochado y ofensivo. La ideología tampoco cuenta, pues han ocurrido mezclas de agua con aceite. Un excandidato presidencial que se perfiló como una voz de la derecha clásica en 2021, hoy que aspira a la Alcaldía de Quito, lo hace a la sombra del centenario partido socialista. Hay otros absurdos: un exalcalde a quien se le sigue un juicio penal por corrupción y se lo destituyó por ineficiente, busca la absolución de sus culpas a través de los votos populares, gracias a la lentitud de los procesos jurídicos. Por esta dispersión electoral, en la mayoría de las ciudades, los concejos cantonales se asemejan actualmente al caos que existe en la Asamblea Nacional. Decisiones trascendentales quedan rezagadas. El más claro ejemplo es lo que ha ocurrido con el funcionamiento del Metro en Quito. Está listo, pero no se encuentra el operador del sistema.

    ¿Quiénes son responsables de este caos? En primer lugar, está el Consejo Nacional Electoral que ha permitido que se multipliquen como canguil las organizaciones políticas, lo que facilita que los partidos se alquilen al mejor postor y no se sancione a quienes violan la Ley. En segundo lugar, se encuentran los partidos pues escogen a personas notorias como candidatos, en lugar de personas con las calificaciones profesionales adecuadas para conducir la vida diaria y satisfacer las necesidades de los habitantes de las ciudades y las provincias. Por esta causa como candidatos pululan personalidades exitosas en el deporte, la belleza, la televisión, etc. pero que desconocen sobre urbanismo o administración, cualidades imprescindibles para manejar eficientemente y con pulcritud los recursos públicos. Finalmente, están los candidatos, a muchos de los cuales les mueve un ego sobrevalorado, antes que una vocación de servicio y sacrificio ciudadano.

    Ha llegado la hora de cambiar el rumbo. Hay que adoptar un porcentaje igual al que se requiere para ganar la Presidencia, para las autoridades seccionales. Es decir, debe haber una segunda vuelta entre quienes tengan los dos mayores porcentajes de votos y, además, debe elegirse a los concejales y consejeros en dicha vuelta. El sistema político del país está enfermo y parte de su mejoría es evitar la dispersión política.

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