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Necrofilia política

lunes, 14 junio 2021 - 15:07
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    El articulista de diario El País, Moisés Naím, dio en el blanco al describir algunas tácticas de líderes de América Latina como necrofilia ideológica. La necrofilia es la atracción por la muerte y en el caso de la ideología es una fascinación por ideologías que en el resto del mundo han sido enterradas por ser experimentos fallidos. Ecuador sigue sufriendo esta enfermedad. Por más de una década la izquierda de Rafael Correa dilapidó la más cuantiosa bonanza de nuestra historia por despilfarro y por corrupción y además nos endeudó para crear un Estado benefactor gigantesco.

    Sin embargo, la necrofilia ideológica no es una enfermedad solo del correísmo, también se siente en las elites sindicales, en los dirigentes de los maestros y en algunos de los líderes de los movimientos indígenas que ven en el Estado la fuente infinita de recursos para resolver todas sus exigencias, porque tienen “derechos adquiridos o por adquirir”.

    No hay conciencia de que la riqueza estatal no es infinita y que todos terminamos pagando los excesos del derroche. El transporte de buses y taxis es un negocio privado que demanda combustibles subsidiados y créditos a tasas menores. Los transportistas se quejan de que no es un buen negocio, pero se aferran a él y buscan evitar la competencia de las plataformas tecnológicas. Un proyecto de Ley recientemente aprobado para los salarios y jubilación de los maestros, sin el respectivo financiamiento, quebrará al Seguro Social y el Estado. Y en la Conaie, dirigentes como Leonidas Iza anuncian marchas contra el precio de los combustibles y contra el Fondo Monetario Internacional. Sus acciones son para justificar su liderazgo ante sus bases, pero su estilo de liderazgo es caduco.

    Deberían comprender que Ecuador enfrenta la mayor crisis económica de su historia y que simplemente no hay dinero. Además, es absurdo pedirlo a un gobierno que no tiene ni un mes en funciones. Aun, Cuba el único país comunista que queda ha adoptado reformas decidiendo que el Estado no puede ser la fuente de empleo, subsidios y prebendas. Para que un país se desarrolle se necesita inversión, seguridad jurídica, pagar por el valor real de los servicios, contribuir todos con impuestos proporcionales a los ingresos, aunque sean centavos y mantener el orden y la ley para que exista inversión y se genere trabajo, que es la única alternativa real para salir de la pobreza. Deberían fijarse en los ejemplos de China y Vietnam, quintaesencia del comunismo y el estatismo en el pasado, que abandonaron la necrofilia ideológica para vivir mejor.

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