<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

Los valores

martes, 27 diciembre 2022 - 16:27
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

    En el libro “Rehenes”, escrito por los periodistas Arturo Torres y María Belén Arroyo se narra que los niños de Mataje, pueblo esmeraldeño fronterizo con Colombia aspiran a ser como “Guacho”, alias de Walter Patricio Arizala. “Guacho”, quien antes de ser muerto por fuerzas militares, lideraba la disidencia con el “Frente Oliver Sinisterra” fue responsable de haber secuestrado y ejecutado a tres periodistas de diario El Comercio. Debió poseer gran inteligencia para liderar una estructura que controlaba el narcotráfico en el norte de Ecuador y el sur de Colombia. En el pequeño poblado además de su poder y violencia, exhibía los lujos que se obtienen con las actividades ilícitas. Sin otro espejo para mirar el futuro en ese olvidado reducto del país, los niños escogen como modelos para emular a hombres violentos y desalmados, no distinguen entre el bien y el mal y aprenden a vivir y morir rápido.

    En contraste, siete de los 22 seleccionados del Ecuador, entre ellos el capitán Enner Valencia, provienen también de Esmeraldas y nos han dado como país un gran orgullo por sus méritos deportivos y su defensa de los colores patrios en Catar. Han exhibido junto a su talento los valores que generan sociedades superiores: trabajo, disciplina, resiliencia y humildad. Desde el año 2000, de 516 seleccionados que tuvo el país, 158 fueron esmeraldeños. La mayoría descubrió en las calles su talento innato y logró en la playa las destrezas iniciales del oficio. Con esfuerzo superaron las desventajas que padecen los pobladores de una provincia abandonada como es Esmeraldas. El padre de Enner contó que de niño él no tenía los zapatos de “pupo” para jugar en la cancha y que trabajó para poder reunir los cinco sucres (antes de la dolarización) que costaron sus primeros botines. Sin embargo, de nada sirve la habilidad innata si no existen las oportunidades para perfeccionar esa habilidad. Algunos de los pocos que tuvieron una oportunidad, no obstante, no llegaron a descollar. ¿Qué hace la diferencia entre los que triunfan y los que fracasan? Salen adelante aquellos que cultivaron los valores para no dejarse vencer por la adversidad, que supieron levantarse de las caídas y no se marearon cuando llegó la fama y el dinero que nunca tuvieron, y finalmente y no menos importante: contaron con familiares que creyeron en ellos y les pusieron un cable a tierra.

    El deporte redime y una provincia que es una cantera de talentos deportivos merece contar con el apoyo de la sociedad y del Estado para que descollen. Actualmente, hay en la provincia 10 escuelas de fútbol, donde están unos 600 jóvenes, pero se requieren de escuelas integrales cuyo mejor modelo está en el equipo Independiente del Valle: educación, alimentación adecuada, idiomas y disciplina. Y la inversión, de darse, en otras áreas además del fútbol, como el atletismo. Es una gran tragedia que Álex Quiñónez quien pudo ser campeón olímpico terminara con un tiro en una vereda porque no tuvo el soporte humano y económico para lograrlo. Ecuador no puede seguir dándose el lujo de desperdiciar mentes y talentos que tan solo requieren de oportunidades para brillar. No hay mejor ejemplo que el de nuestros seleccionados para saber que: “¡Sí se puede!”.

    Más leídas
     
    Lo más reciente