Un virus arrasa con la Eurozona. Las acciones de los mayores bancos de Italia han caído hasta en la mitad desde abril, y se produjo una venta masiva que aumentó desde la votación Brexit.
Muchas cosas han sucedido en la zona euro en muy poco tiempo. La más sorprendente de los últimos meses fue, quizás, el triunfo del referéndum del 23 de junio en el Reino Unido y cuyo resultado fue favorable a que este país abandone la Unión Europea. Pero el Brexit, es solo un síntoma más de una enfermedad que pronto podría volverse crónica e incurable.
Esa fiebre que no es solamente política se siente en los rincones del viejo continente y tiene a los inversores de todo el mundo con los nervios de punta. Y no es para menos, el rendimiento de los bonos del Tesoro cayeron al nivel más bajo de la historia en estas últimas semanas. Las causas tienen mucho que ver con el triunfo del Brexit y con que la libra esterlina haya llegado, el pasado 6 de julio, a la cotización más baja frente al dólar en los últimos 31 años.
Pero no es, ni remotamente, el único dolor que agobia a Europa. Hay otra nación que, en poco tiempo, puede empezar a mostrar signos de que el virus de la inestabilidad política y económica se ha apoderado de la Eurozona: Italia. Se trata de la cuarta mayor economía de Europa, pero también una de las más frágiles. Su deuda pública es del 135 por ciento del PIB; el desempleo es uno de los mayores de la zona, con excepción de Grecia. Sus problemas económicos han ido en aumento a lo largo de las últimas décadas, por exceso de leyes y baja productividad. Además, tiene saldos en contra que equivalen a una quinta parte del PIB del país.
De allí el terror de los inversores. Las acciones de los mayores bancos de Italia han caído hasta en la mitad desde abril, y se produjo una venta masiva que aumentó desde la votación Brexit. De hecho, el Monte dei Paschi di Siena, el banco más antiguo del mundo está a punto de quebrar, sin que nadie pueda hacer mucho al respecto. Los intentos de salvarlo, por medio de una limpieza, han sido en vano. Por lo que el Banco Central Europeo se ha visto en serios aprietos, que hacen peligrar al resto de las economías de la Eurozona.
Esta parece ser una enfermedad contagiosa, pues los problemas de Italia afectan, de una u otra forma a los países acreedores de la Zona Euro. Angela Merkel, ante los pedidos de ayuda de los italianos, ha dicho que sus problemas son, en gran parte, de su propia creación, por haber sido imperdonablemente lento en llegar a enfrentarse con sus bancos en problemas. Dejando de lado a Italia y volviendo al Brexit y sus consecuencias, Europa se enfrenta a un panorama incierto. Tanto el Reino Unido, como la Unión Europea, se van a enfrentar a un proceso por demás difícil de desenmarañar el enredo de sus leyes en común, luego de 40 años de esfuerzos para consolidarlos.
Por el momento, no parece posible ver cuál es el remedio para este virus que aqueja a la eurozona. Muchos se preguntan si aún son posibles los salvatajes a las economías emergentes y si podría revertirse la decisión del Reino Unido. Encontrar la cura a la gripe europea es un reto inmenso e incierto.