Henry Kissinger, el legado del Genocida premio Nobel de la Paz
Al cumplir un siglo de vida, falleció a quien considero el ideólogo político más controversial y relevante de la historia contemporánea mundial: “no es una cuestión de que la verdad sea lo que cuente, pero una cuestión de que es percibido como verdadero”. Para mí, si hubiese representado a cualquier otra nación en el mundo probablemente hubiese terminado en una celda condenado por crímenes en contra de la humanidad en la Haya, pero este alemán que huyó con su familia de los nazis a Norteamérica, terminó convirtiéndose en el secretario de Estado más influyente bajo dos mandatos presidenciales de los Estados Unidos, al punto de haber logrado cambiar no solo el rumbo de los acontecimientos en la política internacional sino de cómo los Estados Unidos empuñaron su poder hegemónico a escala global.
Será recordado por logros tan relevantes como haber sido el ideólogo y artífice de la normalización de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y la China comunista de Mao Zedong. También deberá ser recordado por citas tan célebres como las de Anthony Bourdain que dijo: “una vez que hayas ido a Camboya nunca dejarás de tener las ganas de querer matar a golpes a Kissinger con tus propias manos”. Y es que bajo su orden secreta, con la anuencia de Nixon y sin la autorización del congreso, dispuso lo que fue el bombardeo de 2,756,000 toneladas de explosivos, el equivalente a más de 5 Hiroshimas en Camboya, un país neutral, que fue reducido a escombros, más de 100,000 civiles murieron y más de 2 millones (en un país de 7 millones) se quedaron sin hogar porque se afirmó que este país era utilizado como paso de la guerrilla del Vietcong, su enemigo en la guerra de Vietnam para su abastecimiento.
Kissinger apadrinó la corriente del realismo político que a su vez englobó la noción de la Realpolitik, término que en resumen establece que los estados no deben responder por ideales o principios éticos, sino por pragmatismo e intereses concretos, gran ejemplo fue como él mismo sirvió bajo mandato republicano y luego demócrata, pero sin duda alguna su cúspide fue cuando en 1973 obtuviera el premio Nobel, a la paz, sí... por haber logrado un alto al fuego en Vietnam.
En nuestra región entre muchos episodios, Kissinger a través de la CIA fue el artífice del golpe de Estado que terminó poco después con la vida del socialista Salvador Allende, imponiendo así la llegada del dictador Augusto Pinochet, quien con mano de hierro gobernó Chile por 17 años: “no veo por qué tenemos que esperar y permitir que un país se vuelva comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo. Los temas son demasiado importantes para los votantes chilenos como para que decidan por sí mismos”.
Y sí, todo esto siempre en nombre de la seguridad nacional. ¿Paz en su tumba?
