Desde 1979 se ha elegido 10 presidentes por el sistema de doble vuelta y solo 1 logró mayoría absoluta propia sin alianzas en el congreso o asamblea.
El constituyente en todo sistema democrático es el pueblo que deriva su poder en asambleas constituyentes y estas en un poder constituido por el presidente encargado de ejecutar las leyes, los legisladores con el mandato de hacerlas así como de controlar su correcta ejecución, y en jueces a cargo de juzgar a ejecutivos y legisladores. Pero también por alcaldes representantes de la primera forma de organización política que fue la ciudad-estado vecindario de ciudadanos.
Esto a fin de recordar la importancia política de los alcaldes en el sistema democrático electoral. Grandes electores populares que al constituirse los estados-nación jugaron el rol de poder constituyente. Pues la independencia del imperio español la declararon cabildos o municipios, las ciudades-estado de las colonias. De allí la trascendencia que han alcanzado tantos alcaldes que llegaron a ser presidentes de la república. No obstante, en el Ecuador de finales de siglo y amanecer del milenio ocurrió un fenómeno, los alcaldes llegaron a constituirse en mandantes de un sistema partidocrático a través de delegados parlamentarios que mediante mayorías móviles secuestraron el poder presidencial.
El tornillo maestro de este gigantesco trapiche surgió a raíz de que el presidente se elige en doble vuelta mientras a los legisladores en la primera. Resulta así virtualmente imposible que el presidente elegido por mayoría popular absoluta alcance mayoría absoluta de la mitad más uno en la función legislativa y de control político. Desde 1979 se ha elegido 10 presidentes por el sistema de doble vuelta y solo 1 logró mayoría absoluta propia sin alianzas en el congreso o asamblea. Fue Rafael Correa en una sola vuelta en 2013 porque operó el disfuncional estado-candidato que permite la reelección presidencial consecutiva. A Jaime Roldós y Rodrigo Borja erróneamente se los menciona en igual situación pero no fue así. Roldós en 1979 aunque se eligió legisladores en segunda vuelta alcanzó 30 de 69 representantes y con la ID que lo apoyó en segunda vuelta logró 15 más, y Borja en 1988 alcanzó 30 de 71 diputados y se alió con la DP que obtuvo 7.
Esto implica que en las elecciones 2017 volverán las mayorías móviles. Pues el estadocandidato golpeado por la crisis económica no tendrá mayoría absoluta y esto ya lo ha vaticinado el gran timonel que no participará en la carrera. Está claro que se repetirá tiburón la película más taquillera de la partidocracia, y para el efecto ya se anticipan unidades suprapartidistas y supraideológicas que solo apoyarán lo bueno y nunca lo malo, la música de fondo de tiburón.
Será un retorno al pasado sea quien fuere presidente, y así el gran timonel podrá regresar a poner orden en el arca de Noé. La solución es convocar a asamblea constituyente cuya elección se convertirá en tercera vuelta presidencial y segunda vuelta de asambleístas. Obviamente no la apoyan los grandes electores regionales que sueñan con volver a las mayorías móviles.