Mujeres empoderadas, países más estables

La evidencia es clara: cuando las mujeres participan en política y resolución de conflictos, las sociedades prosperan.

7 marzo 2025 - Opinión

Un país que le falla a las mujeres es un país destinado al fracaso. Por el contrario, una nación que empodera a sus mujeres y en donde estas pueden participar activamente de la toma de decisiones, es una sociedad próspera y encaminada al desarrollo social. Según estadísticas de Naciones Unidas, los acuerdos de paz en los que intervinieron mujeres tienen un 35% más de posibilidades de durar, que aquellos en donde solo actuaron hombres. Y en un mundo donde hay más de 50 conflictos armados sucediendo, todos encabezados por hombres, me pregunto: ¿qué pasaría si fueran las mujeres quienes estuvieran a cargo?

La historia de represión y anulación que han vivido las mujeres las ha preparado para ser las más inteligentes y acertadas negociantes. Porque mientras los hombres lograban dominar al mundo con las armas y la fuerza, ellas lograron fortalecer el núcleo social -la familia-, a través de la colaboración, el cuidado y la compasión. La escritora y especialista en temas de justicia, paz y derechos humanos, Joan Chittister, explica que esa cualidad de las mujeres es lo que más se necesita hoy para aportar al desarrollo global y la resolución de conflictos.

Hay varios ejemplos de cómo las mujeres ayudaron a cimentar y culminar procesos de paz en el mundo. Fueron mujeres las que lograron la paz durante la guerra civil de Liberia. Leymah Gbowee, premio Nobel de la Paz, unió a mujeres cristianas y musulmanas en el movimiento 'Acción Masiva de Mujeres de Liberia por la Paz', quienes a través de diferentes acciones lograron detener los enfrentamientos. En Filipinas, Miriam Coronel-Ferrer lideró en 2014 el equipo negociador del gobierno que logró un acuerdo de paz con el Frente Moro de Liberación Islámica; las mujeres representaron el 33% del equipo negociador y el 25% de los firmantes.

El proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que dejó más de 200.000 muertos y desplazó a aproximadamente 7 millones de personas, incluyó a varias mujeres. Sin embargo, en 2022 solo el 16% de las negociaciones de paz fueron lideradas o co-lideradas por mujeres, según ONU. Y ninguna mujer ha sido incluida en las iniciativas por la paz en los conflictos que atraviesan Sudán, Yemen, Myanmar o Etiopía.

Pero el poder de la mujer es aún más relevante cuando se trata de prevenir conflictos. En enero de 2025 The Economist lanzó el corto documental `¿Por qué fallaron las naciones que le fallaron a las mujeres?´, en donde se explica social y estadísticamente, cómo una mayor participación de la mujer en la política está asociada a la reducción de conflictos. No es casualidad que 14 de los 17 países que están últimos en el ´Índice Para una Vida Mejor´ de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), debido a sus políticas que discriminan directamente a la mujer, han atravesado conflictos armados en los últimos 20 años.

Los países que sostienen prácticas discriminatorias y violentas contra la mujer son los más frágiles e inestables, como Sudán del Sur, Yemen, Irak o Nigeria. Mientras que los países más prósperos y estables tienen las tasas más bajas de sexismo, como Australia, Suecia y Suiza.

Hoy me encuentro en medio de una investigación sobre el proceso de Memoria, Justicia y Verdad en Argentina. Mientras más indago más me sorprende cómo las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fueron las catalizadoras de las políticas de reparación para los miles de víctimas, así como de las condenas a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura entre 1976 y 1983. Entiéndase este como el más exitoso proceso de reparación y no repetición en la historia del hombre. No es casualidad que haya estado liderado por mujeres.

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