Una zona del valle del río Puyango, entre las provincias de Loja y El Oro, alberga una gran colección de árboles petrificados al aire libre, troncos que hace más de 100 millones de años se volvieron de granito por efecto de cataclismos. Declarado como Patrimonio Natural y Cultural de Ecuador, es el único bosque que combina árboles petrificados y naturales, además de que se lo puede visitar durante todo el año.
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