Cultura

Reseña | ‘El Gran Premio: A toda velocidad’: Animación y diversión de calidad

En definitiva, ‘El Gran Premio: A toda velocidad’ es una obra que destaca tanto por su impecable factura técnica como por su capacidad de contar una historia íntima.

La película animada: ‘El Gran Premio: A toda velocidad’, dirigida por Waldemar Fast, fue creada para celebrar el 50º aniversario del parque temático alemán Europa-Park. Lo que pudo haber sido solo un encargo, se convirtió en un muy buen homenaje.

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Fast, conocido por su habilidad para combinar dinamismo visual con una sensibilidad narrativa poco común en las historias deportivas, entrega aquí un filme que no solo deslumbra por su ritmo frenético, sino que también profundiza en los conflictos personales de sus protagonistas. La película convierte la velocidad en un lenguaje emocional, y la competencia en un escenario donde cada personaje se enfrenta tanto al reloj como a sí mismo.

La historia se desarrolla en una metrópolis subterránea donde los túneles, tubos de desagüe y pequeñas grietas en la infraestructura humana sirven como pistas de competencia. Allí, el Gran Premio es el evento más prestigioso del año, un torneo que exige no solo rapidez, sino astucia y una lectura casi instintiva del entorno, lleno de trampas naturales para criaturas tan diminutas. En este escenario aparece Nilo Whisker, el joven ratón piloto al que da voz Thomas Brodie-Sangster. Nilo es pequeño incluso para los estándares de su especie, pero compensa su tamaño con una intuición excepcional para los giros cerrados y un estilo de conducción que mezcla cautela y valentía en proporciones inesperadas.

Nilo sueña con competir al mismo nivel que su ídola, Ava Clawthorne, una corredora legendaria cuya voz interpreta Hayley Atwell. Ava es una figura imponente dentro del universo ratonil: segura, veloz y famosa por haber dominado pistas que otros pilotos consideran imposibles. Su presencia en pantalla destaca no solo por el aura de experiencia que la rodea, sino por la complejidad emocional que transmite Atwell. Ava no es simplemente la competidora más fuerte; es una mentora involuntaria cuyo pasado revela sacrificios y caídas que la han formado tanto como sus victorias.

Uno de los mayores aciertos de la película es su animación, que logra fusionar realismo táctil con un estilo caricaturesco encantador. Los ratones tienen expresiones faciales extremadamente detalladas, con bigotes que responden al viento, orejas que vibran según la intensidad de las carreras y colas que se mueven como extensiones emocionales del cuerpo. Los diminutos vehículos están animados con un nivel de precisión sorprendente: las ruedas hechas de arandelas metálicas giran con cierto torpe encanto, los motores reciclados vibran con fuerzas desproporcionadas y los sistemas de combustible funcionan como si fueran tecnología de punta, pero en miniatura.

El director demuestra su habilidad para dirigir escenas de acción que mantienen claridad visual sin perder intensidad. Las carreras por tubos de desagüe húmedos o segmentos donde los pilotos deben esquivar gotas de lluvia gigantes están diseñadas con una creatividad que aprovecha por completo la escala diminuta de los personajes. La cámara virtual se desliza a través de espacios estrechos, sigue a los autos desde ángulos imposibles y captura la tensión de cada maniobra con una fluidez que solo la animación permite.

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El guion evita caer en fórmulas simplistas. La película no se limita a mostrar las carreras; aborda temas como la perseverancia, el valor de la colaboración y la compleja transición entre admirar a un ídolo y convertirse en su digno rival. Nilo debe aprender a confiar en sí mismo, mientras Ava enfrenta el miedo a la inminente llegada de nuevas generaciones que podrían superar su legado.

En definitiva, ‘El Gran Premio: A toda velocidad’ es una obra que destaca tanto por su impecable factura técnica como por su capacidad de contar una historia íntima dentro de un contexto competitivo, ideal para quienes gustan de las películas sobre carreras y una muy buena animación que logrará entretener a grandes y chicos.

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