Después de que el telescopio Webb dirigiera su potente mirada hacia el asteroide el mes pasado, la probabilidad de un impacto contra la Luna es ahora de 3,8%, dijo la NASA.
Una de las soluciones más controvertidas es el uso de armas nucleares para destruir el asteroide. La idea sería dividirlo en fragmentos tan pequeños que, al ingresar a la atmósfera, se desintegren sin causar daño.
Un cometa que supera en tamaño al Éverest, la montaña más alta del mundo, se acerca velozmente a la Tierra tras una explosión registrada el 5 de octubre.