Desde que Israel inició su ataque militar contra Irán el 13 de junio, ambos países han intercambiado regularmente ataques con drones y misiles que han dejado alrededor de 450 muertos.
"Las personas no fueron heridas ni asesinadas: fueron carbonizadas", lamenta Mohamad Hamad, al día siguiente del sangriento bombardeo israelí que golpeó un campo de desplazados.