El verde revolucionario aún influye en una quinta parte del país. Salvo un par de reveses, el amarillo del socialcristianismo sobrepasó Guayas y se infiltró en parte de la Sierra y la Amazonia. Junto a ellos, el multicolor Pachakútik y una serie de movimientos emergentes completan el mapa.
Al grito de ¡Nebot presidente!, la socialcristiana Cynthia Viteri proclamó su victoria. En Guayaquil, la presencia inédita de 17 candidatos a la Alcaldía hizo presagiar dispersión de votos. Pero eso no ocurrió, ella obtuvo el 53 por ciento, mayoría absoluta. Viteri completará la tercera década de administración del mismo partido en el Puerto Principal. Le antecedieron León Febres-Cordero durante ocho años y Jaime Nebot los últimos 19.
En Quito, uno de los damnificados del aluvión que coincidió con el cierre de campaña, fue el exalcalde Paco Moncayo. Fue el favorito durante más de un año y también el escollo a vencer para sus 17 rivales. Según Polibio Córdova, de Cedatos, cuando le preguntaban a los quiteños por quién votarían, más de la mitad prefirió mostrarse indeciso hasta el último. Pero cuando se les preguntaba quién quisieran que gane “aparecían Yunda y Maldonado”. Finalmente, Jorge Homero Yunda, un radiodifusor, el segundo en 35 años, dirigirá el difícil Distrito Metropolitano. Antes, su colega Gustavo Herdoíza (conocido como “Maestro Juanito”), naufragó.
Hasta ocho días antes de la elección, en Cuenca se barajaban tres opciones: El alcalde reelegible Marcelo Cabrera, el exprefecto Paúl Carrasco y el medallista olímpico Jefferson Pérez. La encarnizada lucha entre los dos primeros, por todos los medios posibles, fue minando la simpatía que por ellos sentían los cuencanos. Algunos dardos alcanzaron al exdeportista Pérez. Silenciosamente emergía la figura de quien hacía una campaña alegre y venía con un aura de buen administrador privado: Pedro Palacios, los próximos cuatro años gerenciará la Atenas del Ecuador
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